12 de abril de 2013 - El título del libro, Il discorso di Giorgio (El discurso de Giorgio), recuerda una película bastante reciente. Pero este libro es acerca de un presidente, no de un rey. Su tema central es Giorgio Napolitano y los discursos que el jefe del Estado italiano ha pronunciado en el transcurso de los siete años de su mandato, analizados por Tobia Zevi en un volumen que fue publicado recientemente por la casa editorial Donzelli. Se trata de un análisis de las palabras y de los conceptos que han caracterizado este período presidencial, así como del mensaje cultural y político que desde el Quirinale Napolitano ha querido enviar a los italianos, para que puedan interpretar mejor algunos puntos cruciales de su historia y la arquitectura de sus instituciones.
 

E Presidente Giorgio Napolitano con Tobia Zevi y Carmine Donzelli, autor y editor, respectivamente, del libro El discurso de Giorgio. Las palabras y el pensamiento
del Presidente Napolitano
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Cada presidente de la República utiliza un vocabulario diferente al adoptado por los demás. El examen de Zevi parte de esta diversidad lingüística para evaluar el impacto que el jefe de Estado saliente tuvo en el acontecer político italiano.

Para Napolitano es esencial —siguiendo la batalla iniciada por su predecesor, Carlo Azeglio Ciampi— el pleno retorno de los significados atribuidos a la palabra «Patria», alejada de la manipulación retórica del fanatismo nacionalista y del rechazo ideológico de las posiciones políticas opuestas. Fue fundamental, especialmente durante las celebraciones de los 150 años de la unificación de Italia, que se pusieran de relieve los valores que llevaron al proceso de unificación y al nacimiento del Estado italiano. Napolitano no quiso contraponer a la denigración del Resurgimiento una postura puramente apologética.

Su objetivo, en la controversia sobre el Resurgimiento, ha sido —indirectamente— contrarrestar la posición secesionista de la Liga Lombarda y también “la idolatría de la época borbónica”, en oposición a las supuestas atrocidades cometidas por el norte durante el proceso de unificación. Pero el Presidente ha dejado a los historiadores la tarea de reconstruir todas las páginas del movimiento de unificación y no ha intentado minimizar las "fracturas" relacionadas con las formas específicas en que se inició ese proceso político en Italia. El concepto de «Patria», sin embargo, no tendría sentido si no se basara en el respeto de las luchas del Resurgimiento que han hecho de Italia un Estado y una nación moderna.

Y así, también en lo que se refiere al periodo de la Resistencia (contra los nazis y el fascismo) y a la sucesiva Guerra de Liberación, Napolitano no ha querido identificarse con una corriente histórica específica. No ha demonizado la reconstrucción de la Resistencia que ha subrayado su carácter de «guerra civil». Y varias veces —en los discursos cuidadosamente analizados por Zevi— instó a no «callar acerca de sus limitaciones» y a no «esconder» sus «sombras». Pero otra cosa muy distinta es, para Napolitano, la "desmitificación" sistemática y programática de este periodo y la falta de reconocimiento de su valor. Y no porque Napolitano haya pretendido imponer una visión parcial y particular de las cosas de la historia sino porque sólo entendiendo el valor de una batalla que permitió el regreso de Italia al ámbito democrático es posible entender el significado del esfuerzo y el sacrificio de tantos jóvenes italianos.

Y lo mismo para la Constitución, cuyos principios Napolitano defendió con fuerza, sin caer en doctrinas, pero con los conocimientos necesarios para desarrollar un "patrimonio espiritual" que no puede ser ignorado. Son, éstos, pilares de una visión de Italia que, a través de los discursos presidenciales, Tobia Zevi tuvo la capacidad de volver explícitos y contundentes. Siete años bien empleados. Y con coherencia.
 

(pierluigi battista / corriere.it / puntodincontro.mx / adaptación y traducción al español de massimo barzizza)