Apophis:
ci pensano
(anche) i cinesi

 

24 agosto 2011. - Dopo americani e russi arrivano, e c’era da aspettarselo, anche i cinesi. Tutti sono intenzionati a trovare un modo per evitare che l’asteroide Apophis si scontri con la Terra il 13 aprile 2036. La certezza che accada per fortuna non c’è. Ma su una certa probabilità che ciò possa avvenire gli astronomi discutono. E questo è il motivo per cui da quando è stato scoperto nel 2004 si cercano di inventare soluzioni per scongiurare il pericolo che sarebbe molto serio.

MINACCIA - Il corpo celeste ha infatti un diametro di duecento metri (altre valutazioni dicono 350 metri) e si muove alla velocità di 20 chilometri al secondo per cui l’impatto libererebbe un’energia spaventosa. Si pensi che l’asteroide o la cometa caduta a Tunguska nel 1908 distrusse 80 milioni di alberi lasciando traccia su 2.150 chilometri quadrati nella disabitata Siberia. E aveva solo 30 metri di diametro.

IPOTESI - Americani (e ci lavora persino il Pentagono) e russi stanno esaminando varie ipotesi, ma quella che sta emergendo con maggior interesse punta alla costruzione di una sonda spaziale capace di avvicinarsi ad Apophis facendogli in qualche modo cambiare rotta. Gli americani immaginano un veicolo il quale senza nemmeno sfiorare il corpo celeste ne influenza il cammino grazie all’effetto generato dalla sua massa. I russi invece pensano a una sonda che approda in superficie e azionando i suoi propulsori ne devia la traiettoria.

CINESI - I cinesi dell’Università di Tsinghua a Pechino studiano qualcosa di più sofisticato, anche se l’obiettivo rimane sempre quello di modificare il percorso evitando che incroci la Terra. In un articolo un gruppo di astronomi guidati dal professor Shengping Gong propone un veicolo spaziale dotato di una vela solare. Questa, spinta dalla pressione della radiazione dell’astro su un’orbita retrograda rispetto a quella di Apophis, andrebbe alla fine a schiantarsi su di esso con una velocità d’impatto di 90 chilometri al secondo; quanto basta per provocare appunto uno spostamento anche se la sonda è di piccole dimensioni. Il pericolo aguzza l’ingegno. E se anche Apophis poi cambiasse strada naturalmente, come è prevedibile, quello che si è imparato sarebbe utile per affrontare altre minacce analoghe. Sono centinaia gli asteroidi che incrociano l’orbita della Terra e qualcuno in futuro potrebbe diventare rischioso.

 

(giovanni / caprara / corriere.it / puntodincontro)

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24 de agosto de 2011. - Después de los estadounidenses y los rusos llegan, y había que esperárselo, también los chinos. Todos están deseosos de encontrar una manera para evitar que el asteroide Apophis choque con la Tierra el 13 de abril del 2036. No hay certeza de que esto vaya a suceder, afortunadamente. Sin embargo, los astrónomos debaten acerca de la probabilidad de que pueda ocurrir. Y es por eso que desde que fue descubierto en 2004, se tratan de inventar soluciones para evitar el peligro, que sería muy grave.

De hecho, el cuerpo celeste tiene un diámetro de 200 metros (según otros cálculos podrían ser hasta 350 metros) y se mueve a una velocidad de 20 kilómetros por segundo, por lo que el impacto liberaría una energía enorme. Considérese que el asteroide (o cometa) de Tunguska en 1908 destruyó 80 millones de árboles, dejando huellas sobre un área de 2,150 kilómetros cuadrados en la deshabitada de Siberia. Y sólo tenía 30 metros de diámetro.

Estadounidenses (incluso el Pentágono participa) y rusos están examinando varias hipótesis, pero la que está emergiendo con mayor interés apunta a la construcción de una nave espacial capaz de acercarse a Apophis para provocar, de alguna manera, que cambie de rumbo. Los estadounidenses imaginan un vehículo que, sin siquiera tocar el cuerpo celeste, modifique su camino gracias al efecto generado por su masa. Los rusos, en cambio, piensan en una sonda que aterrice en la superficie y, al activar sus motores, desvíe la trayectoria.

Los chinos de la Universidad de Tsinghua en Beijing están estudiando algo más sofisticado, aunque el objetivo sigue siendo cambiar la ruta para evitar que intercepte la Tierra. En un artículo, un grupo de astrónomos dirigidos por el profesor Shengping Gong propone una nave espacial equipada con una vela solar. Esta, impulsada por la presión de la radiación de nuestra estrella y siguiendo una órbita retrógrada con respecto a Apophis, con el tiempo se estrellaría en él con una velocidad de impacto de 90 kilómetros por segundo, suficiente para provocar un movimiento, incluso si la sonda es pequeña. El peligro es la madre de las invenciones. E incluso si Apophis cambiara en forma natural su dirección, como se prevé, lo aprendido, sería útil para hacer frente a otras amenazas similares. Hay cientos de asteroides que cruzan la órbita de la Tierra y alguno de ellos, en el futuro, podría llegar a ser peligroso.
 

(giovanni caprara / corriere.it / puntodincontro)