12
de
septiembre
de 2013 -
Ya se aclaró:
es Raikkonen. El anuncio de Maranello llegó
ayer a las 14 horas. Escueto como de
costumbre, dos líneas en italiano más la
traducción en inglés: «La escudería Ferrari
anuncia que ha llegado a un acuerdo
técnico-deportivo con Kimi Raikkonen. El
piloto finlandés correrá junto con Fernando
Alonso durante las próximas dos temporadas».
Sólo hay una palabra que llama la atención
—además de la falta de agradecimientos a
Massa que, sin embargo, probablemente serán
difundidos en los próximos días— el término
“técnico-deportivo”. No será suficiente que
Kimi coopere manejando, su contribución
deberá ser también técnica.
La escudería le está pidiendo, en otras
palabras, lo que le hizo falta durante sus
anteriores tres años en Ferrari —del 2007 al
2009—, o sea el diálogo con los ingenieros,
la participación en las decisiones, el
compromiso de crecer y desarrollar el coche,
cualidades de lasa cuales se enorgullece
Fernando Alonso.
La elección de Raikkonen ayuda a un cambio
justo cuando la Fórmula 1 revoluciona sus
reglas, regresando a los motores turbo. Será
una evolución importante, que explica la
decisión de enfrentarla con dos pilotos de
alto nivel, corriendo el riesgo de que se
obstaculicen mutuamente.
Massa tenía la ventaja de aceptar dócilmente
el papel de segundo en el que Alonso lo
había colocado, pero Kimi no: él no sólo es
el “ex” de la escudería, sino también el
último piloto que ha ganado un campeonato
mundial en Ferrari. Y hay más: su
contratación contó con el apoyo del nuevo
director técnico James Allison, ex Lotus
también. Alonso pierde centralidad: ya no es
el líder absoluto.
Sólo dos veces en la historia el equipo
Ferrari F1 tuvo como pilotos a dos campeones
del mundo: en 1952-1953 Farina y Ascari
manejaron para el Cavallino Rampante y
también en 1990 hubo dos grandes
protagonistas: Mansell (que todavía no era
campeón del mundo) y Prost, pero las cosas
no salieron muy bien. «Sabemos cómo manejar
la coexistencia entre dos pilotos», dicen en
Maranello. Pero con dos personalidades
fuertes que nunca lo han intentado.
(lastampa.it / puntodincontro.mx
/ adaptación y traducción
al español de
massimo barzizza)
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