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9 de enero de 2015 - A veces parece que los italianos creen que es suficiente colocar una “s” al final de cada palabra para hablar la lengua de Cervantes, pero comunicarse en español (bien) no es nada fácil y la situación se vuelve más complicada si tenemos en cuenta que aunque muchas palabras son idénticas, los significados son completamente diferentes. “Burro”, por ejemplo, en italiano significa “mantequilla”.

Algo sabe de esto Laura Pausini, que ha tenido un éxito enorme con sus canciones en todo el mundo de habla hispana. Hace unos años (mucho antes de que naciera su primogénito), respondiendo a las preguntas de un periodista mexicano, dijo: «estoy embarazada». La artista italiana intentaba comunicar su emoción y su incomodidad (en italiano la palabra “imbarazzata” significa confundida, apenada, desorientada). El reportero, en cambio, creyó haber recibido una gran noticia: ¡Pausini tendrá descendencia!

Montse Vinardel trabaja en el Park Güell de Barcelona y todos los días está en contacto con turistas de diferentes nacionalidades. Y reitera al periódico Corriere della Sera que para los italianos la “s” final significa dominio de la lengua. «Sí, es verdad, los italianos la añaden constantemente y para ellos es la solución: de esa manera “hablan español”. Eso es lo que hace aquí la mayoría de los visitantes provenientes del país de la bota».

Pero en esto estamos a mano. Mexicanos, españoles y otros hispanoparlantes hacen lo mismo: añaden una “i”, o la terminación “ini”, al final de las palabras en español. Y de esta manera tratan de adivinar la traducción correcta en la lengua de Dante. «Están convencidos de que para hablar italiano es suficiente poner estas letras al final —continúa Montse—, por lo que aunque nunca hayan tomado un solo minuto de clase, creen saber mucho».

Y Vinardel también explica que los demás extranjeros son diferentes de los italianos: no tratan de hablar español a toda costa si no lo conocen. «Los franceses sólo se comunican en su idioma (y su interlocutor tiene que arreglárselas para entender y contestar); los alemanes hacen el esfuerzo de comunicarse en inglés y los portugueses utilizando su lengua natal ya que con los españoles se entienden. Afortunadamente en Barcelona los italianos no hablan catalán. Porque están fascinados por el castellano, la paella y la Sagrada Familia».

Pero el estudio y el aprendizaje del español no es sólo una manera de evitar hacer el ridículo. En el futuro podría ser una gran oportunidad. Ya en la actualidad en el mundo esta es la segunda lengua más hablada después del chino (por difusión y transversalidad geográfica es la primera). Son más de 500 millones los hispanohablantes (7,5% de la población mundial) y a diferencia del chinos y del Inglés (en disminución) es el idioma que más se está extendiendo. Proyectando los datos en el futuro, dentro de cuatro generaciones el 10 por ciento de la población mundial será de habla hispana.

Esta tendencia no se limita a España y América Latina. Los Ángeles, por ejemplo, es la segunda ciudad del mundo por número de mexicanos. En China está aumentando el número de personas que estudian español en poco menos de 100 universidades. Y en twitter y las demás redes sociales sólo el inglés supera al castellano. ¿Valdrá la pena apostar?

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(agostino gramigna / corriere.it / puntodincontro.mx / adaptación y traducción al español de massimo barzizza)