9
de enero de 2018
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Ayer comenzó una nueva ronda de negociaciones en
la Ciudad de México para modernizar el acuerdo
de libre comercio entre el país latinoamericano
y la Unión Europea.
Bruselas planeaba cerrar el 2017 con una firma,
pero la Comisionada de Comercio, Cecilia
Malmström, dijo hace unos días que, a pesar del
progreso realizado en la última ronda, se
necesita más trabajo: «Las raíces del problema
son complicadas porque venimos de sistemas
diferentes, pero hemos trabajado duro para
tratar de alcanzar acuerdos y entender cada uno
el punto de vista del otro».
El
obstáculo más grande parece ser la agricultura.
Sólo para Italia, nueve quesos, incluyendo
parmesano, gorgonzola y mozzarella de búfala,
están incluidos en la lista de indicaciones
geográficas europeas para las cuales se ha
solicitado la protección de la denominación en
todo el territorio mexicano. Pero, en total, son
más de 300 los productos que la UE busca
proteger en la revisión del acuerdo comercial.
La lista también incluye vinos, cervezas,
embutidos y carnes curadas, entre muchos otros.
Un
ejemplo ilustrativo es el queso “manchego”,
originalmente español y preparado con leche de
oveja, cuyo nombre en México indica, sin
embargo, un producto elaborado con leche de
vaca, frecuentemente utilizado como ingrediente
para recetas que requieren el uso de queso
fundido.
De
hacerse realidad la propuesta europea, cuando un
mexicano busque un “manchego” producido en
México en los anaqueles lo encontrará, pero con
otro nombre. Este tipo de queso, en tierras
aztecas, representa alrededor del 15% del
mercado nacional, lo que explica la fuerte
oposición de la industria local a la propuesta.
«La gente lo identifica como un producto
mexicano, sin vínculos con los quesos de la
Unión Europea», dijo a la AFP Miguel Ángel
García Paredes, titular de la Cámara Nacional de
Industriales de la Leche.
La
Secretaría de Economía mexicana dijo en un
comunicado que en esta ronda, que concluye el 17
de enero, se abordarán temas como «reglas de
origen, obstáculos técnicos al comercio, mejora
regulatoria y propiedad intelectual».
El
acuerdo entre México y la Unión Europea entró en
vigor en el año 2000. Desde entonces, el
comercio se ha triplicado y los flujos mundiales
han cambiado profundamente, por lo que las
partes han considerado necesario revisarlo.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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