1 de enero de 2019 - El presidente de la República, Sergio Mattarella, dirigió anoche su cuarto mensaje de fin de año a los italianos.

«Queridas conciudadanas y queridos conciudadanos,

estamos en la época de las redes sociales, en la que muchos viven conectados en línea y comunican continuamente lo que piensan y también lo que hacen en la vida cotidiana. Los tiempos y los hábitos cambian, pero esta cita que nació hace décadas con el primer presidente, Luigi Einaudi, no es un rito formal. Me asigna la tarea de dirigir, a todos ustedes, los mejores deseos para el nuevo año: es una cita tradicional, siempre actual y, para mí, muy bienvenida. Permite formular, ciertamente no un balance, sino algunas consideraciones sobre el año pasado. Me permite transmitir lo que he escuchado y recibido en muchas ocasiones a lo largo del año por muchos de nuestros conciudadanos, casi dándoles voz de esta manera. Y hacerlo desde aquí, desde el Quirinal, hogar de todos los italianos».

«Lo que he escuchado expresa sobre todo la necesidad de sentirse y reconocerse como comunidad de vida. La cercanía y el afecto que a menudo experimento, los interpreto como una necesidad de unidad, personificada por quien representa a la República, que es nuestro destino común. Sentirse una comunidad significa compartir valores, perspectivas, derechos y deberes. Significa imaginarse adentro de un futuro común, que hay que construir juntos».

«Significa responsabilidad, porque cada uno de nosotros es, en mayor o menor medida, protagonista del futuro de nuestro país. También significa ser respetuosos unos con otros. Significa ser conscientes de los elementos que nos unen y luchando, como es correcto, por las propias ideas, rechazar el resentimiento, el insulto, la intolerancia, que crean hostilidad y miedo».

«La demanda de seguridad es particularmente intensa en algunas áreas del país, donde el acoso de las mafias se siente más fuertemente. Y en muchos suburbios urbanos donde la degradación favorece la propagación del crimen. No son admisibles zonas francas donde no se cumple la ley y, a veces, existe la sensación de instituciones inadecuadas, con ciudadanos que se sienten solos e indefensos».

«La verdadera seguridad se logra, de manera efectiva, preservando y garantizando los valores positivos de la convivencia. La seguridad también es trabajo, educación, distribución más justa de oportunidades para los jóvenes, atención a las personas mayores, serenidad para los jubilados después de una vida de trabajo: todo esto se logra más fácilmente al superar los conflictos y apoyarse mutuamente. La seguridad es la condición de una existencia serena. Pero la seguridad comienza desde aquí: desde un entorno en el que todos se sientan respetados y respeten las reglas de la vida en común».

«No debemos tener miedo de manifestar buenos sentimientos que mejoren nuestra sociedad. Hace unas semanas, en Turín, unos niños me entregaron la ciudadanía honoraria de un lugar imaginario, al que llamaron Felicizia, para indicar la amistad como un camino hacia la felicidad. Un sueño, tal vez un cuento de hadas. Pero debemos tener cuidado de no limitar los sueños y las esperanzas únicamente al periodo de la infancia. Como si estos valores no fueran importantes en el mundo adulto. En otras palabras, no debemos tener miedo de manifestar buenos sentimientos que mejoren nuestra sociedad».

«Hay muchos asuntos que debemos resolver. La falta de trabajo que sigue en niveles intolerables. La alta deuda pública que penaliza al estado y a los ciudadanos y es una carga pesada para el futuro de los jóvenes. La capacidad competitiva de nuestro sistema de producción se ha reducido. Las deficiencias y el deterioro de la infraestructura. Las heridas de nuestro territorio. Debemos tener confianza en un camino positivo».

«Pero no hay recetas milagrosas. Sólo el trabajo tenaz, coherente y con visión de futuro produce resultados concretos. Un trabajo minucioso, que requiere experiencia y que cuesta esfuerzo y compromiso. Objetivos consistentes se han logrado con el tiempo, fruto del trabajo y del ingenio de generaciones enteras que nos han precedido».

«Anoche promulgué la ley de presupuesto en términos útiles para evitar el ejercicio provisional, si bien fue aprobada definitivamente por el Parlamento sólo hace unas horas. El haber evitado el inicio de un procedimiento de infracción por parte de la Unión Europea por el incumplimiento de las normas firmadas libremente es un elemento que fortalece la confianza y da estabilidad. La gran compresión del examen parlamentario y la falta de un debate oportuno con los organismos sociales ahora requieren una verificación cuidadosa del contenido de la disposición».

«Extiendo mis mejores deseos a las mujeres y hombres de las Fuerzas Armadas, comprometidos a garantizar nuestra seguridad y paz en el país y en el extranjero. Cumplen un compromiso que honra a Italia. Su función no se puede distorsionar, asignándoles tareas que no son compatibles con su alta especialización».

«Me gustaría renovar un pensamiento de solidaridad para la familia de Antonio Megalizzi, víctima de un ataque terrorista cobarde junto con otros ciudadanos europeos. Como muchos jóvenes, trabajaba para una Europa con menos fronteras y más justicia. Comprendió que las dificultades se pueden superar relanzando el proyecto de la Europa de los derechos, de los ciudadanos y de los pueblos, la convivencia, la lucha contra el odio, la paz».

«Me gustaría concluir de donde comencé: de nuestro reconocimiento de comunidad. En estos años he conocido a muchas personas involucradas en actividades de gran valor social y en muchos lugares extraordinarios donde la relación con los demás no se percibe como un límite, sino como lo que da sentido a la vida. Menciono uno de ellos recordando y saludando a los niños y adultos del Centro de Atención del Autismo en Verona, que visité recientemente. Me regalaron pinturas y dibujos hechos por ellos. Todos son muy hermosos: expresan creatividad y habilidad para comunicarse y participar. Quise colocar uno esta noche a mi lado. Les agradezco nuevamente y extiendo los deseos más afectuosos a todos. A todos ustedes, feliz año nuevo».

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)