ECONOMÍA Y FINANZAS
 

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1 de abril de 2019 - Tras el reporte sobre la economía italiana de la OCDE y las reacciones del vicepresidente del Consejo, Luigi Di Maio («¿Alguien sentado en un escritorio a miles de kilómetros de distancia cree que Italia debe implementar políticas de austeridad para volver a crecer? Bueno, que lo haga en su casa»), el secretario general de la organización internacional —el mexicano José Ángel Gurría— explicó durante una entrevista a Il Sole 24 Ore Radiocor que las propuestas de reforma presentadas no son medidas de austeridad y recalcó que no quiere «crear una controversia entre Di Maio y la OCDE, ya que no es el caso».

Gurría también argumentó que es importante mantener la reforma de las pensiones que vincula la edad de jubilación con la esperanza de vida y consideró «inequitativo» el impuesto fijo, ya que «no es progresivo».

Las evaluaciones del funcionario, en cambio, fueron positivas para los bancos italianos: se hizo un buen trabajo sobre la cartera vencida y el sector es sólido, aunque existen amenazas relacionadas con la percepción de los mercados sobre el riesgo soberano.

Secretario Gurría, el viceprimer ministro Di Maio sostiene que sus recomendaciones implican políticas de austeridad para reiniciar el crecimiento en Italia. ¿Es cierto esto?

No. Las recomendaciones buscan un equilibrio entre la deuda alta —cuyo servicio debe ser mantenido en niveles bajos— y la creación de un superávit primario de entre 2% y 3.3%, para lograr su reducción, junto con las medidas para garantizar la protección social. No hay suficientes recursos para hacer todo lo que se quiere y esto es cierto en todo el mundo, por lo que hay que preguntarse cómo lograr lo mejor con los recursos disponibles.

Acerca de la política de Suma 100 (Quota 100), su posición es claramente crítica. El ministro Tria respondió hoy que esta es una medida temporal y experimental para cubrir un problema de transición provocado por la reforma Fornero. ¿Le pareció convincente esa respuesta?

Acepto lo que dice Tria, pero hay que aclararlo. La tendencia mundial es que se vive más y se trabaja más tiempo. En Italia ustedes ya habían logrado lo más difícil: vincular la edad de jubilación con la esperanza de vida. Todos intentan hacerlo, pero no es fácil. Italia lo logró y este resultado no debe perderse. La cruda realidad es que los sistemas de pensiones fueron diseñados para una esperanza de vida mucho menor. Esta es la realidad de los números, de lo contrario todo falla por razones aritméticas. La consecuencia es que si no hay recursos, habrá que reducir las pensiones o aumentar las contribuciones. O se trabaja más para obtener los beneficios que esto conlleva: mayores contribuciones y menos absorción de recursos del sistema de pensiones. No se trata de más o menos austeridad, sino de garantizar, dentro de veinte años, una pensión digna. La OCDE ha calculado que el costo acumulado hasta el año 2025 de la política de Suma 100 es de 40 mil millones de euros. Esa cantidad equivale a 1-2% del PIB. Si estuviese disponible hoy, sería decisiva para mejorar las finanzas públicas y reducir la deuda pública. Nosotros sostenemos que no necesariamente tiene que seguir hasta 2025 y que si dura mucho tiempo puede volverse más difícil de eliminar.

El reporte de la OCDE afirma que la nueva recesión de la economía este año y las eventuales nuevas presiones sobre el riesgo-país y, por lo tanto, sobre las finanzas públicas, podrían causar riesgos para los bancos italianos que, sin embargo, considera más sólidos gracias al menor peso de la cartera vencida. ¿Estos riesgos ponen en peligro la estabilidad del sistema bancario que usted describió como «alcanzada con esfuerzo»?

La estabilidad se ha recuperado con trabajo porque Italia hizo un gran esfuerzo tanto por parte de las instituciones individuales como de las autoridades. Italia fue la primera en adoptar esquemas internos de recapitalización (bail-in).

Hoy la cartera vencida está por debajo del 10% del total y la posición de los bancos italianos, muy mejorada, es importante para el crédito. En un momento de crecimiento débil, hay muchos factores que conspiran contra el crédito bancario, pero ya no existe una inestabilidad de este sector en Italia. Sin embargo, existen amenazas relacionadas con el aumento de la percepción del riesgo soberano, ya que esta se traduce en un mayor costo de financiamiento y en una menor rentabilidad.

¿En Italia hay espacio para un recorte de impuestos a las empresas y a las personas físicas? ¿Le convence la elección del impuesto fijo?

Los impuestos en general deben ser progresivos y universalmente aplicables y no debe haber acuerdos especiales para favorecer la ubicación de ciertas inversiones, pero esto se está eliminando en Europa. La tercera característica es que un impuesto debe ser simple. La progresividad es muy importante y el impuesto fijo, que ciertamente es difícil de evadir, no es progresivo y no es equitativo.

(gerardo graziola / il sole 24 ore / puntodincontro.mx / adaptación y traducción al español de massimo barzizza)

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