MÉXICO EN ITALIA
 

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4 de abril de 2019 - A partir del 5 de abril, en Bolonia, en el atrio del Centro de Congresos Fico Eataly World, la Fundación Fico presenta la exposición Paesaggi, cultura e biodiversità (Paisajes, cultura y biodiversidad), organizada por la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

En un viaje para descubrir los sistemas agrícolas tradicionales del mundo, resaltan —entre los 57 paisajes expuestos— las chinampas mexicanas, de derivación azteca.

A menudo llamadas “jardines flotantes”, estas islas artificiales medían unos 100 metros de longitud y 15-20 de ancho. Su desarrollo en tiempos anteriores a la conquista española fue posible gracias a las características especiales, en ese momento, de los lagos poco profundos y fangosos del valle de México, que proporcionaron el ambiente ideal para su práctica.

Eran “fabricadas” insertando estacas en el fondo del lago, creando una forma rectangular. El área así delimitada se llenaba de lodo, sedimentos lacustres y vegetación en descomposición, elevando el nivel por encima de la superficie.

Eran “fabricadas” insertando estacas en el fondo del lago, creando una forma rectangular. El área así delimitada se llenaba de lodo, sedimentos lacustres y vegetación en descomposición, elevando el nivel por encima de la superficie. A menudo se plantaban árboles en las esquinas para reforzar la estructura. Las chinampas —que han sido definidas como uno de los sistemas más sustentables que se hayan creado— se separaban entre sí mediante una red de canales que no solo regulaba el nivel del agua para humedecer los cultivos, sino que constituía una conveniente vía de comunicación para las canoas entre los campos y los ricos mercados.

El término chinampa deriva del náhuatl chināmitl, que significa “cuadrado hecho de cañas”. Los ejemplos más antiguos se remontan a varios siglos antes de Cristo, pero el período más exitoso corresponde al medio posclásico, entre 1150 y 1350 dC, cuando se instalaron en grandes cantidades en los lagos de Xochimilco y Chalco, cerca de los manantiales de su costa sur.

Pero muchas de estas pequeñas islas también rodearon Tenochtitlan, la capital del imperio azteca, y los cultivos así desarrollados aumentaron enormemente la extensión de la ciudad a lo largo del tiempo. Se estima que en el siglo XV este sistema de producción alcanzó un área de 20 mil hectáreas.

Durante la conquista española, con la destrucción de las presas y de las esclusas, muchas chinampas fueron abandonadas, sin embargo algunas de las restantes aún se pueden visitar en la zona sur de la Ciudad de México, en las áreas lacustres de las alcaldías de Xochimilco y Tláhuac.

La exposición “Paisajes, cultura y biodiversidad” será inaugurada en ocasión del primer Foro Internacional sobre el paisaje rural y la comercialización territorial. La muestra —que también incluye dos sitios italianos de importancia mundial: los olivares de Umbria entre Asís y Spoleto y las colinas de Soave— estará abierta mañana de 10 a 22 hrs. y a partir del sábado 6 se trasladará a los espacios de la Fundación Fico (área 118 Parco Eataly World).

El desarrollo de las chinampas en tiempos anteriores a la conquista española fue posible gracias a las características especiales, en ese momento, de los lagos poco profundos y fangosos del valle de México, que proporcionaron el ambiente ideal para su práctica.

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)

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