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15 de agosto de 2019 - Desempeñan el mismo papel de representación que la pasta y la pizza para la gastronomía italiana: los tacos —un platillo que ya se conoce en muchas partes del mundo— son una de las comidas callejeras (también consumida en restaurante y hogares) más típicas de México. Se preparan con tortillas de maíz —más raramente de harina de trigo— calentadas en la plancha y enrolladas alrededor de prácticamente cualquier ingrediente. Los “rellenos” más comunes son carne, chorizo (una salchicha a base de carne especiada), frijoles, papas y nopales. Se sazonan, además, casi siempre con cilantro, cebolla picada, aguacate y salsa picante. Es muy difundida la preparación “al pastor”, que se sirve con tortillas pequeñas y carne de cerdo marinada, asada y cortada en finas rebanadas. Con queso fundido en el interior, los tacos toman el nombre de “quesadilla”. Los tamales, por otro lado, son una mezcla de harina de maíz y manteca cocinada al vapor, a la que generalmente se agregan carne, verduras, frutas u otros ingredientes. Por lo tanto, hay versiones dulces y saladas, dependiendo de lo que lleven dentro. La amalgama se envuelve durante la cocción en hojas de plátano o de mazorca de maíz para mantenerla compacta y caliente.
Para la preparación de tacos al pastor, la carne en cortes delgados y previamente adobada se ensarta apilándola en una estaca de hierro que gira verticalmente y se asa lentamente frente a una llama. En la Ciudad de México usualmente se coloca una piña en la parte superior de este “trompo” de lomo de cerdo. (massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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