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Italia: choque entre los Obispos y el Gobierno

Remo'sPrinselAsiagoAmbasciata d'Italia Città del Messico

11 de mayo de 2020 (13:00)Tras haber vivido en México durante varios períodos, siempre he utilizado el valioso servicio de información de Puntodincontro, particularmente en los campos diplomático y cultural. Creo haber conocido el periódico hace años, a través del intercambio de contenidos en la página de Facebook de la Embajada de Italia en México, del Instituto de Cultura y del Com.It.Es.

Pensé en dedicar mi reflexión al público italiano y mexicano, en virtud del interés que supongo podría suscitar este tema, tanto a nivel político como religioso.

De hecho, el artículo tiene el propósito de comunicar e informar acerca de algunos eventos que consideramos importantes —incluso si son secundarios con respecto a la complejidad de la situación actual— juzgándolos como tales tanto por ser inéditos y, mejor aún, inexplorados, como por su capacidad para describir algunas de las tendencias de la realidad italiana.

Tal vez no nos equivocamos al decir que Italia es el modelo mundial, o al menos uno de los modelos mundiales, de la relación entre el Estado y la Iglesia. Una disminución en la intensidad de esta relación en la situación actual de la crisis nos parece un elemento informativo interesante. Desde un punto de vista religioso, consideramos útil compartir con los lectores italianos y mexicanos una reflexión sobre una dicotomía, interna al cristianismo mundial, un "cisma" endémico latinoamericano que la elección de un Papa argentino ha de algún modo introducido a Europa y Occidente.

Concluyo mis breves motivaciones, indicando que también me parece interesante informar a los lectores sobre algunos matices del panorama político actual en Italia, destacando una cierta nueva inclinación (la de la politización de la doctrina católica), que ayudaría a definir el fenómeno del soberanismo italiano actual y probablemente futuro.

Carlotta Pala

A una semana de la publicación de la encuesta, emitida por el programa televisivo italiano Report1, transmisión de excelencia en el panorama del periodismo investigativo italiano, que revelaba las relaciones entre los partidos italianos de derecha con orientación soberanista (representados por los partidos de la Liga de Matteo Salvini —actualmente en el gobierno— y de Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni) y las fuerzas anti-Bergoglio fomentadas y financiadas por el ultra catolicismo norte americano, presentes también en franjas del partido republicano del país, el ex Secretario de Gobernación Salvini abiertamente anuncia una manifestación en contra de la prohibición de presenciar a las celebraciones eucarísticas en el actual contexto de las restricciones actuadas por el gobierno, frente a la pandemia.

La enésima instrumentalización del frente soberanista italiano, (que guiña el ojo a Trump y Bolsonaro, que en Europa se asocia a partidos como el de Orban, Le Pen y Johnson y cuyas posiciones han sido apreciadas varias veces por los movimientos extraparlamentarios italianos neofascistas), se colocaría no solo en el ámbito del malcontento general provocado por el cierre prolongado de las actividades comerciales y de las empresas, sino también en el campo de una presunta lesa libertad de culto.

Aprovechando de la protesta de la CEI (Conferencia Episcopal Italiana), en oposición al gobierno e indirectamente, a las declaraciones del Pontífice, que invita a la obediencia de las normas en virtud de la tutela de la salud pública y del ya efímero respecto de las instituciones, el frente soberanista abraza la cruzada de la asamblea de los obispos, que individua en las disposiciones gubernamentales, una fuerte violación de la libertad de culto.

La inédita asperidad de la nota de la CEI, tanto en los contenidos cuanto en los tonos utilizados por la polémica, señala un evidente fracaso en las relaciones entre Gobierno y Conferencia Episcopal, y de manera inevitable, también una renovada hostilidad entre la Asamblea y la Santa Sede.

El campo teórico de batalla sería el artículo 19 de la Constitución Italiana que regula la libertad de culto:

«Todos tienen el derecho de profesar libremente su propia fe religiosa en cualquier forma, individual o asociada, de promoverla y ejercitarla privada o públicamente, siempre y cuando no se trate de acciones contrarias a las buenas costumbres»2.

Si bien la mayoría de la opinión pública estaría, al parecer, sosteniendo la postura de los obispos en una interpretación del artículo constitucional, que promueve la propaganda y el ejercicio público de la fe a través de “ritus et preces”, encontramos también posturas adversas en el mismo panorama católico.

Varias categorías de laicos y religiosos, a partir del Grupo para los Derechos Humanos y Libertad Religiosa de la KEK, Conferencias de las Iglesias Europeas3, indica como excesiva la postura de la CEI y del mundo católico hostil a las decisiones de salud pública del Gobierno y del Pontificado, declarando la absoluta imposibilidad de asociar y equiparar la situación actual a una discriminación o persecución religiosa, ya que las medidas restrictivas tienen como único fin la salvaguardia de la vida de los creyentes y de la sociedad en su conjunto.

También varios teólogos y sacerdotes adoptan una postura crítica respecto a la exasperación del concepto de la libertad religiosa de la CEI y de sus muchos seguidores (entre ellos decenas de exponentes de la política liberal de derecha, de la izquierda y académica), invitando no solo a la responsabilidad civil, si no también y de forma particular a la atención de cuestiones pragmáticas y espirituales, que esta situación convoca.

La postura de la CEI revelaría una profunda desatención frente a los problemas reales y al sufrimiento de las personas enfermas y que se encuentran hospitalizadas o entubadas.

La Iglesia no puede permitir que este sufrimiento siga perpetuándose, ya que no están -observan- las condiciones materiales para celebrar la eucaristía de manera segura para los creyentes, en su mayoría ancianos y sujetos a riesgo.

De hecho, sería imposible adoptar medidas de protección (uso adecuado de mascarillas, praxis de higienización, distanciamiento social) en las celebraciones y en la función eucarística.

Además de la preocupación antes cuestiones prácticas, estas posturas nos sugieren una reflexión ética respecto a la situación, empezando por la asunción de que las celebraciones no pueden ser de ninguna manera a costa de la vida humana o de la salud de los individuos.

Declara el especialista bíblico Maggi en una entrevista de la Agencia Periodística Italia (Agi): «Esta situación hubiera podido ser una providencial ocasión para descubrir que el Señor está en la vida misma y no en las celebraciones. El Señor está a fuera de las iglesias. ¿Cuántos gestos de altruismo están naciendo? Es entonces en la solidaridad que tenemos que encontrarlo. Hemos cerrado las iglesias y sin embargo no interrumpimos nuestra actividad, al contrario, estamos trabajando como nunca. […] ¿Porque no reencontrar la belleza de la Palabra y del servicio hacia el otro?»4.

En fin, la situación de la epidemia está exacerbando fuertes conflictos internos a la sociedad y a la política italiana, con respecto a la religión y a la relación entre la Iglesia y el Estado.

Lo que nos preocupa, ahora como siempre es la politización de algunos conceptos de la tradición católica por parte de los soberanistas italianos en función identitaria y excluyente, que epidemia aparte, representa una triste constante en la acción política de estos personajes.

Cabe recordar que el frente soberanista está en dialogo con organizaciones de franjas católicas que contestan la política y la posición teológica de Papa Francisco y con movimientos antiabortistas y defensores de la “familia tradicional”.

Por lo pronto, los intentos por parte de algunos constitucionalistas y deputados para varar un decreto finalizado a la mediación de las dos posturas y a mitigar las restricciones en tema de libertad de culto y que comprenda, además las necesidades de varias confesiones, se están revelando adecuados para la causa.

Si bien la aprobación del decreto puse un freno temporáneo a la protesta de Matteo Salvini y aliados, anulando la manifestación del 1° de mayo, tenemos que estar atentos y alertas frente a un nuevo modo de la politización de la religión, cabe repetirlo, en función soberanista e identitaria, fenómeno que podría tener graves repercusiones respecto a la libertad religiosa y política en el incierto futuro de nuestro país.

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1 Programa Report, Rai 3, episodio Dio, Patria, Famiglia Spa, https://www.raiplay.it/video/2020/04/Report---Dio-Patria-Famiglia-Spa-850ab2dc-3f12-4aba-8d37-fd3547f30c69.html

2 Constitución de la República Italiana, sitio institucional del Senado de la República, https://www.senato.it/1025?sezione=120&articolo_numero_articolo=19 .

3 Agencia de prensa de la Federación Episcopal de las Iglesias Evangélicas de Italia, https://www.nev.it/nev/2020/04/28/liberta-di-religione-e-covid-19-una-riflessione-delle-chiese-europee/ (Accesado el 29/04/2020).

4 Maria Teresa Santaguida, Para el especialista bíblico Maggi «la salud es más importante que una misa», AGI-Agenzia Italia https://www.agi.it/cronaca/news/2020-04-28/coronavirus-chiese-chiuse-biblista-maggi-fase-2-8460247/, (Accesado el 29/04/2020.

(carlotta pala / puntodincontro.mx)

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