27 de
marzo
de 2017 -
En un artículo de Silvia Turín recientemente
publicado por el periódico italiano “Corriere
della Sera”, el Doctor Pietro A. Migliaccio,
especialista en nutrición y presidente emérito
de la Sociedad Italiana de Ciencia de los
Alimentos (S.I.S.A.), explica qué puede pasar
cuando, al seguir algunos tipos de dieta, se
eliminan de las comidas completamente (o casi) los carbohidratos.
El texto, titulado “Qué pasa con tu cuerpo si
dejas de comer pan y pastas”, muestra las
posibles consecuencias de una abstinencia total
de estos compuestos químicos orgánicos, formados
a partir de átomos de carbono, hidrógeno y
oxígeno.
1. Se pierde peso, pero realmente se trata de
líquidos.
Al reducir la ingesta de carbohidratos, lo
primero que se nota es la velocidad casi mágica
de pérdida de peso. Pero no estamos perdiendo
grasa, sino agua.
«Los carbohidratos se almacenan en el cuerpo en
forma de glucógeno —explica Migliaccio—, cada
gramo acumula entre tres y cuatro veces su peso
en agua. Así, tan pronto como los carbohidratos
se cortan y se comienza a utilizar el glucógeno,
cada gramo de menos de carbohidratos equivale a
3 gramos de agua perdida».
2. Como si tuviéramos gripa.
Los carbohidratos son la principal fuente de
energía para el cerebro. Cuando una persona
reduce (o elimina) su consumo, el cerebro pierde
lucidez. «Las grasas se queman con el fuego de
los carbohidratos —aclara Migliaccio— si no hay
carbohidratos, el metabolismo de las grasas se
bloquea y se detiene al nivel de cuerpos cetónicos, que ingresan al torrente sanguíneo y
se acumulan: son tóxicos para el organismo y
reducen la masa corporal magra, ya que queman
los músculos. El cerebro los utiliza con
dificultad, pero los utiliza de todos modos. El
resultado es mal aliento, fatiga, debilidad,
mareos, insomnio y náuseas». Básicamente, uno se
siente como si estuviese agripado.
3. Disminuye el rendimiento.
«Los carbohidratos son energía inmediatamente
disponible que quema grasa y proteínas. Otras
vías metabólicas son más tardadas y provocan
fatiga en el organismo, por lo que nuestro
rendimiento se reduce», dice Migliaccio. «Los
carbohidratos son la principal fuente de energía
del cuerpo. Ayudan y “empujan” todo tipo de
ejercicio, tanto de resistencia como de fuerza:
si se cortan los carbohidratos la energía
disminuirá».
4. Bienestar mental en riesgo.
«Los carbohidratos inducen la síntesis de la
serotonina, el neurotransmisor de la serenidad y
de la tranquilidad, que incluso elimina el
hambre. Ya sea en su forma simple o compleja,
cuando se eliminan, nuestro bienestar mental
podría empeorar», dice Pietro Migliaccio.
5. Crisis de abstinencia.
Se
sabe que los carbohidratos refinados aumentan
los niveles de azúcar en la sangre. Una
investigación reciente, publicada en el
American Journal of Clinical Nutrition,
sugiere que estas fluctuaciones (por lo general
repentinas) también activan los centros de
adicción del cerebro y provocan que regrese casi
de inmediato el deseo de volver a ingerir los
alimentos que tienen este “poder”. «En lugar de
renunciar totalmente a los carbohidratos, sin
embargo, sería suficiente optar por los
integrales —propone el Dr. Migliaccio— que
tienen una absorción más lenta y evitan que los
niveles de azúcar en la sangre estén sujetos a
estos picos».
6. Riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes.
En lo
que se refiere a las enfermedades del corazón y
a la diabetes, la elección de exclusión puede
hacer una diferencia: un estudio de 2014
publicado en PLoS ONE reveló que los
carbohidratos refinados provocan un aumento de
los niveles de un ácido graso que a su vez
incrementa el riesgo de enfermedades del corazón
y la diabetes tipo 2. Sin embargo, de acuerdo
con la American Heart Association, los
cereales integrales mejoran los niveles de
colesterol en la sangre y reducen el riesgo de
enfermedades del corazón, derrames cerebrales,
obesidad y diabetes tipo 2. La elección es clara
y es la misma: en lugar de renunciar a los
carbohidratos, es suficiente optar por los
integrales.
7. Estreñimiento.
El
consumo de cereales integrales es importante
para aumentar la cantidad de fibra que se
ingiere. De acuerdo con un reciente estudio
publicado en Nutrition Research, el 92
por ciento de los adultos estadounidenses no
comen lo suficiente de este tipo de alimentos.
La fibra (que en forma natural también se
encuentra en las frutas y en las verduras) no
sólo ayuda a estabilizar los niveles de azúcar
en la sangre y a reducir el riesgo de obesidad y
enfermedades crónicas, sino que también ayuda al
tránsito intestinal.
8. La cantidad adecuada.
Pero,
entonces, ¿Cuál es la cantidad adecuada de
carbohidratos que deberíamos comer? «Está en los
LARN, los niveles de referencia de ingesta
diaria de nutrientes y de energía para la
población italiana. En 2014 se estableció que
los carbohidratos deberían ser equivalentes a
entre el 45 y el 60% de las calorías totales del
día. Si podemos, es mejor comerlos integrales,
pero no solamente, porque la fibra en algunos
casos impide la absorción de las sales
minerales», concluyó Migliaccio.
(silvia turin
- corriere.it / adaptación para puntodincontro.mx
y traducción al español de
massimo barzizza)
|