24 de octubre
de 2018
- Las celebraciones del 50° aniversario de una
de las fechas cruciales, fatales, inolvidables
—formidables, dirían algunos— del siglo pasado,
el año 1968, no han faltado en estos meses.
Pero si quieren disfrutar, descubrir o revivir
el deporte del '68, entre el nacimiento del
tenis profesional y las hazañas de George Best y
del Manchester United, un evento ineludible —de
hecho, el evento ineludible— es el de los Juegos
Olímpicos de México.
Más que una Olimpiada, fue una Ilíada, por los
récords, las proezas, los personajes y los
momentos grabados en la memoria.
Inspirado por la excepcional cantidad de marcas
mundiales y olímpicas de esa edición de los
Juegos, Giorgio Cimbrico, uno de los más grandes
narradores italianos del deporte, en particular
del atletismo y del rugby, quiso escribir un
relato laico, moderno, emocionante y muy
detallado de esos días: E d’improvviso
successe un Sessantotto, publicado por la
casa editorial romana Absolutely Free,
disponible en Amazon para Italia, México y otros
países.
El mundo ardía y desde las universidades
estadounidenses, las calles de Praga, la selva
de Vietnam, los palacios del poder en Europa y
América Latina soplaba un viento de revolución y
libertad.
En un México devastado por los escuadrones de la
muerte, el 12 de octubre fueron inaugurados los
Juegos Olímpicos que hoy todos recordamos por
los puños negros enguantados levantados por John
Carlos y Tommie Smith en el podio de los 200
metros, por el salto de Bob Beamon, por los dos
récords mundiales en el triple salto de Giuseppe
Gentile, quien, sin embargo, en esa loca
competencia “sólo” obtuvo la medalla de bronce.
Los récords superados entre el 14 y el 20 de
octubre fueron 24, una enormidad. Ocho de esos
tiempos y medidas habrían obtenido una medalla
incluso en el Campeonato del Mundo de Londres
hace un año.
Cimbrico los enumera, los analiza, aclara sus
secretos y detalles, pero sobre todo los utiliza
para describir a los seres humanos, los
sentimientos y las historias detrás de ellos,
con una sabiduría, erudición y empatía que muy
pocos poseen.
La emoción de Smith al recorrer los primeros 80
metros como ningún ser humano había logrado
antes, el vuelo sacrílego de Dick Fosbury, el
drama de Bikila, los 33,000 discos lanzados por
Oerter, la victoria desmedida de Hemery, todo
aplastado, destrozado, digerido y devuelto con
una mezcla de sabores únicos, donde el total
dominio del tema se transforma para dar paso a
una epopeya concreta, hecha de sudor,
sufrimiento, detalles técnicos, miradas lanzadas
y recibidas, cosas vistas y experimentadas.
Todo lo que podemos aprender e imaginar acerca
del deporte en un libro que es una historia de
vidas vividas al límite. Vidas de récord.
(stefano semeraro / lastampa.it / adaptación y
traducción al español de massimo barzizza)
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