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5 de enero de 2020 - En las culturas del mundo, la celebración de la Epifanía se acompaña de diferentes símbolos y tradiciones de origen antiguo. México e Italia no son ajenos a estas costumbres.

En la tierra de los mayas y de los aztecas, en los días cercanos al 6 de enero, el elemento imprescindible es la rosca de Reyes, un pan dulce de forma ovalada, decorado con frutas confitadas, frutos secos y azúcar. Se trata de una tradición que se ha arraigado de forma profunda entre la sociedad del país latinoamericano, sin embargo su origen es europeo.

Según algunas versiones, su forma representa al infinito del amor que se profesa a Dios, mientras que otras la atribuyen a su similitud con las coronas de los Reyes Magos. La tradición surgió en Francia durante la Edad Media, cuando era costumbre elegir un rey para las festividades. El proceso de elección era sencillo: se escondía un haba en una rosca de pan dulce adornada con azúcar y frutas y quien la encontrara era proclamado monarca de manera simbólica.

Más tarde, la haba fue reemplazada por una muñeca de porcelana. En la actualidad, cada comensal corta su trozo y la persona que encuentra la muñeca —ahora de plástico— debe comprometerse a organizar una fiesta y preparar tamales para todos los presentes el 2 de febrero, en ocasión del día de la Candelaria.

En Italia, la Befana, —deformación de la palabra Epifanía— es una figura folclórica vinculada a las festividades navideñas cuya tradición que se extendió por toda la península. Según la tradición, se trata de una anciana que vuela sobre una escoba desgastada para visitar a los niños en la noche entre el 5 y el 6 de enero y llenar las calcetas que dejaron colgadas en la chimenea o cerca de una ventana. Los niños que se portaron bien durante el año recibirán dulces, dulces, frutas secas o pequeños juguetes. Por el contrario, aquellos que se portaron mal encontrarán carbón o ajo.

El personaje de la Befana, según interpretaciones ampliamente aceptadas en el centro y norte de Europa, se referiría a la figura celta de Perchta, similar a algunas otras como Frigg en Escandinavia, Holda en el norte de Europa, Bertha en Gran Bretaña o Berchta en Austria, Suiza y Francia. Es una personificación femenina de la naturaleza invernal y se representa como una anciana jorobada con nariz aguileña, cabello blanco despeinado y pies anormales, vestida con harapos y zapatos rotos. Volando sobre los campos y la tierra por la noche propicia su fertilidad y se celebra en los 12 días posteriores a Navidad, culminando en coincidencia con la Epifanía.

Cuenta la leyenda que mientras los Reyes Magos iban a Belén para rendir homenaje al niño Jesús, al acercarse a una casita, decidieron detenerse y pedir instrucciones sobre el camino a seguir. Llamaron a la puerta y abrió una anciana a quien preguntaron si conocía el camino. La mujer no entendió a dónde iban esos extranjeros y no pudo darles ninguna indicación. Después de que los tres reyes se fueron, la anciana se dio cuenta de que había cometido un error y decidió unirse a ellos, pero incapaz de encontrarlos, comenzó a detener a cada niño para darle un regalo, con la esperanza de que fuera Jesús.

Y así, cada año, en la noche del 5 de enero, la Befana reinicia su búsqueda y se detiene en cada casa donde hay un niño para dejar un regalo, si fue bueno, o carbón, si se portó mal.

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)

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