20 de septiembre de 2020 (12:49 hrs.) - En Roma, en la madrugada del 20 de septiembre de 1870, unos 15.000 soldados papales, en su mayoría zuavos —casi todos voluntarios de origen francés, belga u holandés— estaban listos para enfrentar a los sitiadores —bersaglieri e infantes del ejército italiano— que habían estado esperando durante días la declaración de rendición del Estado Pontificio.

A las 6:30 de la mañana se escuchó la señal dada por un general piamontés, Raffaele Cadorna. Luego, el estruendo de los cañonazos se extendió por el aire y el sonido del derrumbe del tramo de muralla que se extiende a unas decenas de metros de Porta Pia. De hecho, los defensores no opusieron resistencia. El dominio temporal de los papas terminaba así después de más de 1,000 años.

Una foto de Lodovico Tuminello de 1870 en la que se lee: «La brecha de Porta Pia abierta en las murallas de Roma por tropas italianas el 20 de septiembre de 1870 que marcó la caída del poder temporal de los Papas».

Cuatro meses y medio después, el 3 de febrero de 1871, se promulgó la ley que preveía la transferencia de la sede del gobierno de Florencia a Roma y el reglamento que tenía la función de implementar, coordinar y supervisar las operaciones para el establecimiento de los órganos de gobierno en la nueva capital.

Luego de la toma de la ciudad, Pío IX se declaró “preso político” del Estado italiano y en 1874 pronunció el famoso “Non expedit”, una orden, para los católicos, de no participar en elecciones políticas y colaborar con las instituciones del supuesto Estado usurpador, a pesar de que de parte de Italia se habían aprobado una serie de medidas destinadas a proteger la independencia del pontífice con la “ley de garantías” de 1871.

La controversia entre laicos y católicos se atenuó solo después de la Primera Guerra Mundial. Con el pontificado de Benedicto XV cesaron las pretensiones papales sobre el dominio de los antiguos territorios y con el concordato de 1929 entre el entonces jefe de gobierno Mussolini y la Santa Sede se establecieron las primeras y duraderas relaciones entre Italia y el Vaticano fundadas en el reconocimiento mutuo.

(puntodincontro.mx)