ECONOMÍA Y FINANZAS
 

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11 de enero de 2020 - «Se necesita poco (más o menos) para mudarse al extranjero, pero no para las autoridades fiscales» —escriben hoy en el Sole 24 Ore Antonio Longo, Flavio Paccagnella y Fabio Venanzi— «también porque las reglas para identificar la residencia fiscal son claras y se basan en datos inequívocos. Se consideran residentes fiscales en Italia las personas físicas que durante la mayor parte del período impositivo están inscritas en el registro de la población residente o tienen en Italia su lugar principal de negocios e intereses (domicilio) o su hogar habitual (residencia)».

Reproducimos a continuación algunas de las consideraciones fiscales analizadas en el artículo que consideramos importantes para los ciudadanos italianos que residen en otros países del mundo, incluyendo a México.

«Los que se mudan al extranjero» —se lee en el texto— «deben solicitar inmediatamente la cancelación del registro de la población residente y la inscripción simultánea en el Registro de italianos que residen en el extranjero (AIRE). Existen consecuencias sustanciales que se derivan precisamente de la identificación de la residencia fiscal: el que resida en Italia debe pagar impuestos en Italia sobre todos sus ingresos, dondequiera que se produzcan. Los no residentes, en cambio, están sujetos a impuestos italianos sólo en el caso de ingresos producidos en Italia».

«La cancelación del registro de la población residente, con alta simultánea en el AIRE, es de particular importancia. Es un procedimiento que debe finalizarse a tiempo para evitar el riesgo de estar inscrito en el registro durante la mayor parte del año (183 días) y, en consecuencia, ser considerado residente fiscal en Italia para ese año (las regulaciones italianas no prevén la posibilidad de dividir el período fiscal)».

«La inscripción en el AIRE es un trámite obligatorio, que se debe llevar a cabo dentro de los 90 días posteriores a la expatriación si se tiene la intención de residir en el extranjero por un período superior a 12 meses, y también es importante para fines extra tributarios (por ejemplo, votar como residente italiano en el exterior) y para poder tener acceso a algunas facilidades».

«La solicitud de cancelación del registro italiano y el registro en el AIRE pueden hacerse con una declaración en las oficinas del municipio de última residencia o en las oficinas del consulado italiano en el extranjero. El registro surte efecto desde el momento de la presentación de la solicitud».

«En el caso de que el registro en el AIRE no se lleve a cabo de inmediato, existe el riesgo de que el contribuyente aún se considere residente en Italia y, por lo tanto, esté obligado a declarar los ingresos donde sea que se produzcan, añadiendo cualquier activo que se tenga en el extranjero, y a liquidar eventuales impuestos sobre la propiedad (Ivie sobre bienes inmuebles e Ivafe sobre productos financieros). En este sentido, también la existencia —o no— de la obligación de presentar la declaración de impuestos en Italia se vuelve crucial porque, en caso de violaciones, permite regularizar espontáneamente la situación mediante sanciones significativamente reducidas (el llamado ravvedimento operoso)».

«Otro aspecto a tener en cuenta para quienes transfieren su residencia al extranjero es la posible presencia de impuestos, directos e indirectos, que deben ser pagados en Italia. En el caso del Irpef, el artículo 23 del Tuir enumera las hipótesis de ingresos derivados de actividades y bienes italianos que dan lugar a impuestos en Italia también para los no residentes. Particularmente frecuente es el caso de la propiedad de inmuebles, que pueden estar sujetos, además de los impuestos locales (como el Imu), al impuesto sobre la renta si están arrendados. La venta de la propiedad también podría ser relevante para fines del Irpef, ya que podría dar lugar a una ganancia de capital gravada si ocurre antes del período de 5 años posterior a la compra. Otras hipótesis de ingresos de fuentes italianas son las pensiones, las indemnizaciones por despido y las compensaciones por la explotación de activos intangibles (por ejemplo, marcas, patentes, derechos de autor) pagadas por contribuyentes italianos».

«A los que se mudan al extranjero, también pueden aplicarse impuestos sobre herencias y donaciones. El no residente que recibe una herencia o una donación está de hecho sujeto a estos impuestos (sin perjuicio de la aplicación de los deducibles) sobre todos los bienes y derechos recibidos si el donante o el fallecido es residente en Italia en el momento de la donación o muerte. En el caso de un donante / fallecido no residente, el beneficiario (a su vez no residente) seguirá sujeto a impuestos, pero limitado a los bienes y derechos existentes en Italia. Aquí también deberán evaluarse los impactos fiscales en el país extranjero».

(ilsole24ore / puntodincontro.mx / adaptación y traducción al español de massimo barzizza)

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