19 de septiembre de 2014 - Demasiado trabajo
informal, ninguna garantía, seguridad social
inexistente: el 57.8% de los trabajadores y
de los empleadores mexicanos no declaran sus
ingresos, sólo pagan un pequeño impuesto
sobre la ocupación de los terrenos en los
que operan y decenas de miles de
maquiladoras, en su mayor parte, no están
reguladas.
Por esto la propuesta del Ejecutivo dirigida
al mundo empresarial y laboral, presentada
el pasado 8 de septiembre por el presidente
Peña Nieto: regularización de las
actividades informales a cambio de una tasa
impositiva bajísima o inexistente,
beneficios fiscales, seguridad social y
pensión. La idea es simple: dar de alta
empleados y PYME's en el Régimen de
Incorporación Fiscal, un esquema
preferencial para los que aceptan la entrada
al mundo de la formalidad.
Es una tarea difícil, «un desafío sin
precedentes», dice Aristóteles Núñez,
director del SAT (Servicio de Administración
Tributaria). «Vamos a llevar a cabo un gran
esfuerzo de comunicación, para convencer a
los escépticos de la conveniencia de
participar en el proyecto». La estrategia
tiene como objetivo regularizar una parte de
los 28.6 millones de mexicanos que se
dedican a la actividad económica en el
sector informal y en particular a las 13.5
millones de personas que trabajan en la
llamada economía informal pura, vendiendo
bienes o prestando servicios.
La iniciativa, denominada por el gobierno “Crezcamos
juntos”,
se dirige a todos aquellos que ganan hasta 2
millones de pesos anuales (unos 150.000
dólares) —dueños de carnicerías, tiendas de
abarrotes, pequeños restaurantes, etc .—,
con excepción de las actividades que
requieren de un título profesional (médicos,
arquitectos, abogados, etc ..). Los
adherentes estarán obligados a expedir por
lo menos una factura cada dos meses (6
facturas al año), además de las facturas
individuales que puedan ser requeridas por
los clientes.
También deberán presentar una declaración
bimestral simple, pero no tendrán la
obligación de la declaración anual. Durante
el primer año, estos nuevos contribuyentes
estarán exentos del pago de ISR, IVA e
impuestos especiales. El segundo año, el
descuento será del 90% y así sucesivamente,
hasta llegar al pago del 100% a partir del
onceavo año.
Se ofrece también un subsidio del 50 por
ciento en las aportaciones para la seguridad
social, lo cual permitirá obtener —a través
dell'Infonavit— préstamos para la
adquisición de bienes raíces ocho meses
después de la inscripción.
(massimo barzizza /
puntodincontro.mx)
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