23 de enero de 2017 - El presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, dijo ayer que comenzará a
renegociar el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) con los líderes de
Canadá y México, con los que sostendrá
encuentros en los próximos días. «Nos reuniremos
con el Primer Ministro de Canadá (Justin Trudeau)
y el Presidente de México (Enrique Peña Nieto)
para iniciar las negociaciones sobre el TLCAN»,
dijo en una ceremonia en la Casa Blanca. El
primer encuentro oficial entre Peña y Trump está
programado para el 31 de enero, sin embargo las
reuniones bilaterales arrancarán con la visita a
Washington de los secretarios mexicanos de
relaciones exteriores, Luis Videgaray, y de
Economía, Ildefonso Guajardo, el 25 y 26 de
enero.
El
riesgo de modificaciones que podrían alterar
profundamente o incluso desmantelar las ventajas
que han permitido la construcción de uno de los
aparatos tecno-productivos y comerciales más
integradas e internacionalizados del mundo, que
podría afectar también a las empresas italianas
con fábricas en territorio mexicano, ha causado
una enorme preocupación internacional cuya
consecuencia ha sido, entre otras, una
depreciación superior al 20% del peso.
Una
combinación de factores ha llevado a las
empresas del país de la bota a establecerse en
México a lo largo de los años. En primer lugar,
la capacidad de penetrar en un mercado de 120
millones de habitantes, donde la población
económicamente activa y la clase media están
creciendo de manera constante. Después, los
factores logísticos: son necesarios sólo tres
días (en lugar de los 24 desde Italia) para
transportar productos a los EE.UU. y Canadá.
Además, juega un papel fundamental la apertura
del país, con un conjunto de 45 acuerdos
comerciales, mano de obra a bajo costo (4
dólares por hora) y la presencia de incentivos
fiscales para las empresas que transforman
bienes intermedios destinados a la exportación.
Hay
alrededor de 1.600 empresas italianas presentes
en la única nación latina de América Latina del
Norte, una economía con tasas promedio de
crecimiento del PIB superiores al 2%, que ahora
—en palabras del gobernador del banco central
mexicano, Agustín Carstens— «puede ser víctima
del huracán Trump», con su anunciada batalla en
contra del tratado de libre comercio entre
Canadá, México y los Estados Unidos, «el peor
acuerdo comercial negociado por los EE.UU», como
ha sido definido en repetidas ocasiones por neo
inquilino de la Casa blanca, utilizando la
amenaza de aranceles del 35% que podrían
aplicarse a productos reimportados por las
multinacionales al mercado de Estados Unidos
después de haber sido fabricados en México.
De
acuerdo con el Instituto Italiano del Comercio
Exterior (ICE), de estas 1,600 empresas, que
también incluyen pequeñas inversiones en el
sector restaurantero y de la hotelería, 350
operan en México de manera estructurada,
mientras que 115 son medianas y grandes,
presentes con una o varias instalaciones
productivas.
Todos
los nombres más conocidos del aparato industrial
de ltalia están presentes: Eni, Enel, FCA,
Luxottica, Ferragamo y Prada. Pero también
Ferrero, Campari, Benetton, Barilla y Buzzi,
incluyendo a Mediobanca, Calzedonia, Techint,
Prysmian, Zegna y Menarini. Una larga lista que
el año pasado abrió la billetera con unos 4,4
mil millones de dólares de inversión directa. La
presencia de este país europeo se concentra en
tres áreas geográficas ubicadas principalmente
en el centro de los Estados Unidos Mexicanos: la
Ciudad de México y el Estado de México, el Bajío
—una región con una marcada vocación industrial
que comprende los Estados de Jalisco y Querétaro
localizada a aproximadamente 200 km al norte de
la capital— y, por último, el estado de Nuevo
León que, además de Brembo, también es hogar de
las fábricas de Comau, Techint y Stevanato.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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