17 de octubre de 2018
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«La hipótesis de un impuesto adicional en Italia
sobre los refrescos azucarados no está
justificada y corre el riesgo de ser ineficaz
desde el punto de vista de la salud y dañar la
economía». Lo afirma Assobibe, la Asociación
Nacional de los Productores de Bebidas No
Alcohólicas, explicando que en los países donde
se aplicó esta medida, entre los que se
encuentra México, «no solo no hay beneficios
para la salud, sino que las ventas han
disminuido, con repercusiones negativas para la
entera cadena de suministro».
«El exceso de calorías no proviene de un solo
alimento, sino de todo lo que se come y bebe»,
explica Assobibe, recordando que «en Italia el
consumo de bebidas gaseosas representa menos del
1% de la ingesta diaria de calorías de un
adulto. Esta cantidad es de únicamente 0.6% en
niños. Además, según la Asociación, no hay
correlación entre el consumo de refrescos y las
tasas de obesidad».
«Y es precisamente en este frente donde es
necesario un compromiso compartido, en el que
todos deben cumplir con su parte. Por ejemplo,
desde 2008 hasta 2016, los productores de
refrescos en Italia redujeron las calorías
comercializadas en un 22.5%, el azúcar en un 20%
y aumentaron la disponibilidad de productos con
bajo o nulo contenido calórico en 41%».
«Las administraciones competentes», concluye
Assobibe, «deben encargarse de la promoción de
campañas de educación alimentaria y estilos de
vida saludables basados en evidencia científica
sólida. Los consumidores deberán tomar
decisiones libres, responsables e informadas
basadas en sus gustos y estilos de vida».
El
Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS)
de 10% sobre los refrescos y demás bebidas
azucaradas fue introducido en México en 2014,
con reducciones observadas en el consumo que,
durante los siguientes años, se han acercado al
10%.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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