6
de noviembre de 2018 -
Ayer,
en la sede de la Nunciatura Apostólica de la
Ciudad de México, tuvo lugar la celebración del
120 aniversario del Cementerio italiano en este
país latinoamericano.
Antes
de la misa —celebrada por el Nuncio, monseñor
Franco Coppola—, Regina Casalini, presidenta de
la Asociación Italiana de Asistencia (AIA),
dirigió unas palabras a un centenar de miembros
de la comunidad italiana reunidos para la
ocasión.
«Gracias a todos por estar presentes en esta
celebración», dijo, «Agradecemos la hospitalidad
de la Nunciatura Apostólica, la presencia de
Monseñor Franco Coppola, del Embajador de Italia
Luigi Maccotta, del Presidente de la Junta de
Asistencia Privada del D.F., Carlos Madrid
Varela, y del Presidente del Comité de los
Italianos en México, Gianluca Brocca».
«Hoy
celebramos los 120 años del Cementerio Italiano
del Panteón de Dolores. Para nosotros es un
honor y un deber seguir la tradición que
nuestros antepasados iniciaron hace más de un
siglo. El Cementerio Italiano es la memoria de
nuestra historia de inmigración en un país que
nos ha recibido y nos ha permitido de
desarrollar aquí nuestras vidas. Los monumentos
funerarios que lo adornan son de gran valor
histórico, artístico y afectivo y nos vinculan
con nuestros orígenes».
«La
Concesión del lote», recordó la presidenta de la
AIA, «fue otorgada en diciembre de 1897 a la
“Società Generale Italiana Umberto I di
Beneficienza, Risparmio e Mutuo Soccorso”,
fundada unos años antes. El cementerio fue
abierto en junio de 1898, después de haber
cercado el terreno, plantado los arboles e
instalado el portón de ingreso, como requerido
en el acta de concesión por el Ayuntamiento de
la Ciudad de México».
«La
primera Asociación Italiana en México, que se
ocupaba de asistencia entre otras actividades,
nació en el año 1856. Después surgieron otros
círculos [...]: la Esperanza, la Liga Naval, la
Cámara de Comercio y la Dante Alighieri.
Todas
estas, el 27 de octubre de 1908, delegaron su
actividad de asistencia enteramente al Comité
Italiano de Beneficencia, constituido en esa
fecha como “Entidad Moral”. Desde entonces y
hasta el día de hoy, el Comité sigue ejerciendo
su actividad a favor de los italianos y
descendientes necesitados con el nombre de
Asociación italiana de Asistencia, IAP».
«Ayer
la Società Umberto I, después el Comité de
Beneficencia y hoy la Asociación Italiana de
Asistencia, 120 años en los cuales todos hemos
cuidado y conservado este testimonio de cultura,
personas e historias: el Cementerio Italiano»,
concluyó Casalini.
Durante la homilía, Mons. Coppola quiso resaltar
la importancia histórica del lugar donde se
estaba llevando a cabo la celebración: «Este es
el sitio», dijo, «que dio hospedaje cuatro veces
al Papa Juan Pablo II —estamos en la misma
capilla donde él se retiraba a rezar al final
del día— y, hace dos años, al Papa Francisco. Él
también iba a visitar diferentes ciudades y
regresaba siempre por la noche a la nunciatura
para recibir de parte del Señor la fuerza y la
luz necesaria. Es, por lo tanto, una ocasión de
gracia estar en este lugar que ha visto santos
que nos han precedido».
«También», añadió Coppola, «es una alegría para
mí, como italiano, compartir este aniversario
con ustedes y, al mismo tiempo, aprovechar la
ocasión para celebrar esta misa en el mes en que
recordamos y visitamos a nuestros queridos
difuntos».
El Embajador Maccotta
durante la ceremonia.
Para
terminar, el Embajador de Italia, Luigi Maccotta,
se despidió de los presentes subrayando que:
«Fue una ceremonia conmovedora, pero también
alegre. Hablamos de muerte, pero sobre todo
hablamos de paz, amor, resurrección y, por lo
tanto, de vida».
«Agradezco a Regina», continuó el jefe de la
diplomacia italiana en México, «por esta ocasión
de comunión».
«Perdí a mi madre cuando era niño, a los seis
años, y todos los domingos iba al cementerio y
sentía que me comunicaba con ella. Los
cementerios no son sitios de muerte, sino de
vida, de comunión, de reunión y de diálogo. Y
así debe ser el Cementerio italiano. Es muy
importante que lo conserven porque es hermoso y
es un lugar de memoria e identidad italiana, un
fragmento de Italia en México».
«Los
mexicanos saben cómo celebrar a sus muertos de
una manera alegre, saben cómo disfrutarlos, y
este es el significado de este día, de esta
mañana en la que nos reunimos. Compartir
colectivamente el dolor de una pérdida, ayuda».
«Los
felicito a todos por venir hoy aquí. Gracias una
vez más a nuestro Nuncio Apostólico, a Regina
Casalini, a la Asociación Italiana de
Asistencia, al Com.It.Es. y a todos los amigos
que están presentes. Gracias por esta hermosa
mañana».
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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