Instagram

Adamo Boari, el arquitecto de la cultura.

 

bullet

Leggi questo articolo in italiano.

 

25 de febrero de 2018 - Algunos de los inmuebles más conocidos de la Ciudad de México, entre los cuales el Palacio de Bellas Artes y el Edificio de Correos, son parte del legado que dejó en este país latinoamericano el arquitecto italiano Adamo Boari, de quien ayer, 24 de febrero, se conmemoró el nonagésimo aniversario luctuoso.

Nacido el 22 de octubre de 1863 en Marrara, una aldea en el territorio de la ciudad de Ferrara en Italia, Boari estudió arquitectura en las universidades de Ferrara y Bolonia, obteniendo de esta última el título de ingeniero civil en 1886.

En 1889 se trasladó a Brasil, en busca de trabajo y aventura. Desde el país sudamericano envió proyectos y diseños a la primera exposición nacional de arquitectura que se celebró en Turín en 1890. Visitó Argentina y Uruguay y, tras contraer la fiebre amarilla, tuvo que transferirse a Chicago para curarse. En 1899 recibió un diploma para ejercer profesionalmente como arquitecto en Estados Unidos y cuatro años después revalidó su título en México.

El Palacio de Correos.

A partir de ese momento fue uno de los predilectos del entonces presidente Porfirio Díaz (1830-1915). En 1899 participó en el diseño de la cúpula de la parroquia y el santuario de Nuestra Señora del Carmen (1898), así como del Templo Expiatorio de Guadalajara, en el Estado de Jalisco. También laboró en la construcción de un monumento dedicado a Díaz (1900) y en el diseño de la Parroquia de Matehuala (1898), en San Luis Potosí. Además, obtuvo el segundo lugar en el concurso para el proyecto del Palacio del Poder Legislativo de México, certamen en el que el primer premio fue declarado desierto.

Al llegar a la Ciudad de México, Boari diseñó su propia casa, de concreto armado, que se ubicaba en la esquina de Insurgentes y Álvaro Obregón, en la colonia Roma. También estuvo a cargo, junto al ingeniero mexicano Gonzalo Garita y Frontera (1867-1921), de la construcción del Palacio de Correos.

Esta joya del Centro Histórico se levantó en cinco años, desde la primera piedra que se colocó el 14 de septiembre de 1902 hasta su inauguración en 1907.

Boari y Aida.

El edificio al que Boari dedicó más tiempo fue el Teatro Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes), cuya construcción inició en 1904. Una anécdota interesante se refiere a la singular acompañante, durante los trabajos de edificación, que seguía al arquitecto cada mañana en las tareas de supervisión: Aída era una extraordinaria Setter que incluso figura —obra del del cincel de Fiorenzo Gianetti— entre los medallones que ornamentan los interiores.

Sin embargo, el proyecto nunca se concluyó por problemas técnicos y presupuestales en un país que atravesaba una gravísima fase de inestabilidad social y política debido a la Revolución.

El estado de las obras exteriores del Teatro Nacional en 1915.

Federico Mariscal (1881-1971) y Antonio Muñoz continuaron la obra, que se inauguró en 1934 con el nombre de Palacio de Bellas Artes, catedral de la cultura en México donde aún una de las salas lleva el nombre del arquitecto italiano.

En 1916 Boari regresó a Italia y se estableció en Roma, donde murió el 24 de febrero de 1928. Durante los últimos años de su vida escribió un libro sobre construcción y diseño de teatros. Aunque no está comprobado, se dice que es posible que supervisara el proyecto del Teatro Nuovo di Ferrara que, firmado por su hermano Sesto Boari, presenta algunas similitudes estilísticas con el proyecto original del Teatro Nacional de la Ciudad de México.

bullet Haz clic aquí para leer los demás artículos de la sección “Italia en México”.

 

(massimo barzizza / puntodincontro.mx)