12 de junio de 2013 -
La Asamblea General de Assolombarda —una de
las asociaciones de industriales más
antiguas de Italia—, celebrada el pasado
lunes en la antigua fábrica de aviones
Caproni en Milán, eligió a Gianfelice Rocca
como Presidente de la Asociación para el
periodo 2013-2017.
Nacido en Milán en 1948, Gianfelice Rocca se
graduó con honores en física de la
Universidad de Milán y obtuvo después un
doctorado en la Harvard Business School de
Boston.
Rocca es el presidente del Grupo Techint,
que agrupa las empresas Tenaris, Ternium,
Tenova, Techint E&C, Tecpetrol y Humanitas.
Reconocido entre los líderes mundiales de la
industria del acero, de la energía y de la
infraestructura, el Grupo facturó el año
pasado 25 mil millones de dólares con la
colaboración de 59 mil empleados. Es,
además, el fundador del Instituto Clínico
Humanitas, uno de los hospitales generales
más reconocidos en Europa, también como
centro internacional de investigación y
docencia.
Entre 2004 y 2012 fue vicepresidente de
Confindustria y anteriormente vicepresidente
encargado de economía de Assolombarda. En
2007 fue nombrado Cavaliere del Lavoro y en
2010 recibió del Presidente de la República,
Giorgio Napolitano, el “Premio Leonardo
2009” por su contribución al fortalecimiento
de la proyección internacional de Italia en
el campo del acero, de la energía y de la
infraestructura.
La reunión anual de Assolombarda, a la que
asistieron cientos de pequeños y medianos
empresarios y muchos miembros de la vida
política, económica y sindical italiana y de
Milán, fue como siempre una importante
oportunidad para la reflexión y las
propuestas, tanto sobre las principales
cuestiones económicas de nuestro país, como
en lo relacionado con la competitividad de
la economía de Milán.
«En 1945 Agostino Rocca dejó Italia para
fundar Techint» —dijo Rocca— «Lo siguieron
en el tiempo muchos colaboradores de origen
italiano, entre ellos mi padre
Roberto. Después, el grupo se amplió
enormemente, pero siempre percibí —entre los
muchos colaboradores italianos— orgullo por
los éxitos de nuestro país, que año tras año
escalaba posiciones en la economía mundial,
hasta convertirse en la quinta potencia
industrial global. Este orgullo nos daba
confianza y a a nuestro grupo le daba mayor
fuerza y credibilidad».
«Hoy en día la situación ha cambiado. Italia
se ha detenido, es más, está perdiendo
lugares. Su imagen de éxito se ha empañado.
Nuestras debilidades políticas e
institucionales son objetos de criticas y
hasta de ironía. Nuestros productos cada vez
acumulan más desventajas con respecto a los
de Alemania. Somos los últimos de la lista
para la atracción de la inversión
extranjera».
«Nos toca a nosotros recuperar la
competitividad industrial y la sobriedad
pública. Los partidos políticos, las
instituciones, los sindicatos, las mismas
asociaciones del mundo de los negocios
parecen congelados, incapaces de cambiar» y,
en este contexto, «la EXPO puede ser una
oportunidad extraordinaria para la ciudad.
Su tema central es de interés vital en un
mundo de 7 mil millones de seres humanos,
coincide con uno de los retos que Europa considera
prioritarios y es una frontera que entrelaza
la investigación avanzada y la
sostenibilidad, las pautas de consumo y las
actitudes culturales. La EXPO puede
realmente proyectar a Milán y a Italia en el
mundo, puede representar una oportunidad
única para mostrar nuestra excelencia en la
industria y puede ofrecer nuevos espacios de
trabajo para nuestras empresas y para
nuestros jóvenes».
(puntodincontro.mx / adaptación y traducción
al español de
massimo barzizza)
|