2
de junio de 2013 -
En la Ciudad de México, para celebrar el Día
de la República, los italianos se reunieron
en Coyoacán, uno de los barrios más
pintorescos y conocidos de esta gran
metrópoli. Fue un evento casi espontáneo, al
que asistieron familias, grupos de amigos,
jóvenes, ancianos, italianos, mexicanos ...
e incluso niños. Un grupo musical de jóvenes
cantantes, creado con base en la idea del
Coro Antoniano de Bolonia, cantó los himnos
nacionales, provocando la emoción de muchos
de los asistentes.
Paolo Pagliai, presidente del COMITES
(Comité de los Italianos en el Extranjero),
abrió el evento junto con el Embajador
Roberto Spinelli y el Director General de
Cultura de la Delegación Coyoacán, Adolfo
Llubere.
El discurso de
Paolo Pagliai, Presidente del Comité de los
Italianos en México (COMITES). Lo acompañan
el Embajador de Italia en México, Roberto
Spinelli
y el Director General de Cultura de la
Delegación Coyoacán, Adolfo Llubere.
«Hoy es la fiesta de la memoria» —dijo
Pagliai— «Alguien podría decir, “No, Paolo,
es una fiesta ... ¿Por qué la memoria?”,
porque si renunciáramos a la memoria, sería
como morir o, lo que es peor —y se lo digo a
los amigos italianos—, sería como matar a
todos los demás. Esta es la fiesta de la
memoria italiana y las tres palabras que
elegimos —resistencia, constitución y
trabajo— son nuestra memoria».
«Si tenemos una primera razón para estar
orgullosos, como dijo el embajador, de ser
italianos, es porque tenemos una
Constitución que es Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad, que fue escrita
por personas, hombres y mujeres, que tenían
ideologías totalmente opuestas entre sí y
tuvieron el valor, el coraje y la capacidad
de sentarse en la misma mesa y crear una
obra maestra, que es nuestra Constitución y
que en su primer artículo —se lo quiero
recordar a todos porque es un artículo
extraordinario, que parece haber sido
escrito por un poeta— dice: “Italia es una
república democrática fundada en el
trabajo”».
Regina Casalini,
Presidente de la Asociación Italiana de
Asistencia
de la Ciudad de México, durante la
celebración de la Fiesta de la República
2013.
«Sólo les pido una cosa, que recuerden que,
hace 67 años, despertábamos de una
pesadilla, una pesadilla que había durado
más de 20 años. Era la pesadilla del
libro y el mosquete, del creer,
obedecer y combatir, la pesadilla de los
balcones, de las narices hacia arriba, la
pesadilla de le partiremos los riñones a
Grecia, la pesadilla de las fuerzas
de tierra, del mar y del cielo, la
pesadilla de la falta de libertad, la
pesadilla de la violencia como práctica
cotidiana, la pesadilla del aceite de
ricino, la pesadilla de “... El tío no
volvió a casa porque lo purgaron y en la
tercera dosis, murió”...».
«Y bien, hemos tenido la fuerza para
construir una constitución que nos sacara de
la pesadilla, y si estamos aquí hoy
festejando se lo debemos al sacrificio de
esos hombres y mujeres a los que, en el
monumento a ellos dedicado, hemos llamado
con orgullo las madres y los padres de la
Patria.
Les pido un enorme aplauso para esas mujeres
y esos hombres».