17
de mayo
de 2014 -
Ya hay pocas dudas de que la
caída de un asteroide de 10 kilómetros de
diámetro en el Golfo de México fue el factor
determinante, aunque no el único, de la
extinción masiva que se produjo a finales
del Cretácico, hace 66 millones de años.
Una nueva investigación, por primera vez, ha
encontrado los restos fósiles de un rápido
enfriamiento global que afectó el planeta
inmediatamente después del impacto del
asteroide.
Un grupo de investigación
holandés analizó rocas sedimentarias de la
misma edad del impacto a lo largo del río
Brazos, en Texas, formadas en el fondo de un
mar que existía en ese momento y que
contienen una concentración inusualmente
alta de iridio generada por la vaporización
del asteroide.
Los geólogos estudiaron los
compuestos orgánicos generados por unas
arqueobacterias que alteran su composición
química en función de la temperatura de la
superficie del mar, calculando que en un
período muy corto, del orden de decenas de
años, la temperatura de los océanos se
redujo drásticamente de 30 a 23 grados.
Este resultado confirma la hipótesis de que el
impacto del asteroide causó un período
repentino de oscuridad y frío, un invierno
al que no pudieron sobrevivir muchas
especies de plantas y animales existentes en
esa época, incluyendo a los dinosaurios.
(instituto nacional de
astrofísica - italia
/ puntodincontro.mx /
adaptación y traducción al español de massimo barzizza)
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