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17 de octubre de 2013 - En Huatulco, las laderas de las colinas que se asoman sobre las aguas cristalinas del Océano Pacífico huelen a café. En efecto, a partir de los numerosos plantíos que puntean la zona, se obtiene un excelente café Arábiga considerado entre los mejores de México: el Pluma Hidalgo.

Esta región logra conquistar a sus visitantes no solamente por la belleza libre de contaminación de sus playas y la claridad de sus aguas limpias y cristalinas, sino también por el intenso perfume que emana de sus bellísimas montañas que se asoman sobre el mar. Hablamos de la zona de las Bahías de Huatulco, que se encuentra en el estado de Oaxaca a lo largo de la costa sur del Pacífico mexicano. Sobre las pendientes de las colinas de la Pluma, el aroma a café llena la atmósfera desde las grandes plantaciones que, a partir del finales del siglo XIX, puntean un área de frondosa vegetación que ofrece una variedad de granos de valiosa calidad Arábiga llamada Pluma Hidalgo.

El nombre del cerro y, por consecuencia, el del café, no son el resultado de la casualidad: sobre estas alturas las águilas acostumbran hacer su nido arrancándose las plumas.

Una imagen extremadamente sugestiva que evoca una fuerte sensación de un vínculo con la naturaleza y el ambiente del entorno. El nexo es también fuerte para los cultivadores de café que desde el 1872, utilizan únicamente técnicas naturales para obtener un producto que se sitúa entre los mejores de todo México, gracias a las condiciones ambientales que le permiten una maduración lenta durante la cual los granos tienen más tiempo para obtener las inconfundibles notas aromáticas que los caracterizan.

Son numerosas las plantaciones de las cuales se obtiene el óptimo Pluma Hidalgo y muchas de ellas tienen las puertas abiertas a los visitantes; entre ellas destacan: Alemania, Copalita, El Faro, La Gloria, Camila y sobretodo Pacífico que se jacta de dar la mejor experiencia en el ámbito de la cultivación del café bio, se extiende a lo largo de 186 hectáreas de las cuales sólo 120 son destinadas al café, las restantes, constituyen una fascinante reserva ecológica.

Lo que vuelve al café Pluma Hidalgo realmente especial es su genuinidad, fruto de técnicas de cultivación, cosecha y tratamiento por todo y del todo naturales, desde la preparación del terreno; los cultivadores no hacen uso de ningún auxiliar químico o tecnológico, incluso proceden manualmente a la selección de los granos. La desecación ocurre exclusivamente al sol y gracias a los distintos niveles de tostado, es posible obtener ricas notas aromáticas que abarcan desde un agradable aroma afrutado, proveniente de los tostados más ligeros, hasta un intenso perfume a chocolate acompañado de un aterciopelado retrogusto a nuez, fruto del tostado más robusto.

Un paseo por los plantíos de café puede ser una gran experiencia que le dará un toque de originalidad durante un viaje a Huatulco. En el recorrido, no sólo es posible descubrir cada pasadizo secreto de la producción del café al mismo tiempo es posible realizar gratas actividades como: cabalgatas, excursionismo y agroturismo. Las áreas en las cuales nace el café , se precian de una magnífica naturaleza libre de contaminación, torrentes, pequeños ríos poblados por una variada flora y fauna. Además, es posible detenerse en los plantíos a saborear la especialidad Oaxaqueña y en algunos casos es posible reservar en sus agradables habitaciones.

Huatulco.

Quien de México espera escenarios más auténticos y libres de contaminación —si bien espléndidos— que los de la Riviera Maya, puede elegir viajar a las magníficas playas de la zona de Huatulco que se extienden a lo largo de 35 kilómetros de la costa pacífica meridional y que constan de 9 bahías: San Agustín, Maguey, Tangolunda, Chachacual, El Organo, Chahué, Conejos y Cacaluta y Santa Cruz aguas cálidas y limpias que crean telones multicolores que atraviesan desde el arrecife y bañan las 36 playas que se prolongan por la costa revelando pintorescas bahías y ensenadas. En un paraíso como esté los amantes del buceo quedarán encantados mientras que, quien busca reposo y los placeres de vivir en la playa podrá tener regenerantes momentos de relajación en Chachacual, además se puede disfrutar del maravilloso espectáculo del desove de millones de tortugas que cada año la visitan, mientras que en Chahué en el típico pueblito mexicano La Crucecita, regala vistas impresionantes con su plaza, la iglesias y la bodega de los artesanos.

Entre las playas más bellas se distinguen: La Entrega, Yerbabuena y Punta Santa Cruz, en cambio la más grande es la de San Agustín. Una exquisita vegetación caracteriza Calacuta que se encuentra en las orillas, cerca de la exuberante reserva ecológica del Parque Nacional de Huatulco que hospeda a centenares de especies exóticas y promete inolvidables experiencias para los excursionistas y los amantes de los viajes.

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(eleonora autilio / lastampa.it / puntodincontro.mx / adaptación de massimo barzizza y traducción al español de celeste román)