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6 de abril de 2015
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Desde 2014, la compañía de Guido Gobino —el
«chocolatero de Turín que ha devuelto la
dignidad a los Gianduiotti»
[1], como lo define
el periódico La Repubblica— se
compromete a comprar toda la producción de
cacao del Baluarte Slow Food de la Chontalpa
mexicana.
Slow food (comida lenta) es un movimiento
internacional fundado en 1986 en Italia que
opera en todos los continentes a favor de la
salvaguarda de las tradiciones gastronómicas
regionales. La asociación opera a través de
proyectos territoriales llamados Baluartes,
uno de los cuales identificó a un pequeño
grupo de productores, localizados en la zona
de la Chontalpa del estado de Tabasco, que
cultivan cacao orgánico y lo procesan de
manera artesanal. Se establecieron una serie
de normas de producción y actividades de
capacitación para garantizar habas de alta
calidad y, reduciendo las etapas de la
cadena productiva, se logró incrementar en
aproximadamente 20% —según datos de Slow
Food— el precio de venta para los
cultivadores mexicanos.
Para las celebraciones de Pascua de este
año, Guido Gobino lanzó dos huevos,
preparados con habas mexicanas, que
enriquecen su ya existente línea de
chocolate Chontalpa. Los dos nuevos
productos son un huevo sofisticado, de 500
gramos, totalmente decorado a mano, y otro
más sencillo, de 430 gramos, que forma parte
de la colección “uova fazzoletto” (huevos
pañuelo).
Un agricultor de
la Chontalpa.
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[1] El Gianduiotto es un chocolate
piamontés cuya forma es similar a la de un
barco boca abajo. Los Gianduiotti se
presentan envueltos individualmente en una
cubierta de papel de plata, normalmente
dorada o plateada. Es una especialidad de la
ciudad de Turín, y toma su nombre de
Gianduja, un personaje del Carnaval.
(massimo barzizza / puntodincontro.mx)
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