La memoria redescubierta de los marineros italianos prisioneros en México

La memoria ritrovata dei marinai italiani prigionieri in Messico / Immagini: ilglobo.com

11:21 hrs. - Durante la Segunda Guerra Mundial, la flota mercante italiana, entonces una de las más grandes del mundo, fue devastada en forma dramática por eventos bélicos, un destino en gran parte olvidado hoy en día.

Cuando Italia entró en el conflicto al lado de Alemania —el 10 de junio de 1940— más de 200 buques mercantes con bandera italiana se vieron imposibilitados de regresar al Mediterráneo, al no poder cruzar el Estrecho de Gibraltar, controlado, entonces como ahora, por el Reino Unido.

Entre ellos se encontraban muchos petroleros de propiedad ligur, como el Atlas Genova, que en ese momento se encontraba en el puerto de Tampico, México, y por lo tanto se quedó varado lejos de Europa. Aunque oficialmente neutral, México decidió requisar varios buques extranjeros con el objetivo de fortalecer su flota petrolera y promover el comercio con Estados Unidos, que estaba a punto de entrar en la guerra junto con Francia y el Reino Unido.

Fue en este contexto que Doménico Bruzzone, originario de Génova-Pegli y jefe de máquinas del petrolero, vivió su dramática experiencia de cautiverio, redescubierta por su nieto, que lleva su mismo nombre.

«Los acontecimientos salieron a la luz gracias a una investigación acerca de una imagen del Atlas Genova, que no figuraba en ninguno de los textos o documentos oficiales que describían estos sucesos: se encontró en forma de postal, ofrecida por un vendedor estadounidense en eBay», relata Bruzzone.

El destino de Doménico y los demás marineros italianos en México revela, según su sobrino, «aspectos multifacéticos de la condición humana en tiempos de guerra: mientras las naciones actúan según lógicas geopolíticas y comerciales, las personas viven experiencias emocionales y existenciales, marcadas por las relaciones, el sufrimiento, las ilusiones y las esperanzas».

El Atlas Genova era un petrolero de vapor construido en Estados Unidos y adquirido por el armador genovés Barbagelata. Siguiendo órdenes del Almirantazgo italiano, el capitán intentó hundir el buque para impedir su uso por parte de México. «El Atlas se hundió en aguas poco profundas, fue recuperado posteriormente por los mexicanos, rebautizado con el nombre de Las Choapas y finalmente hundido por un submarino alemán», explica Bruzzone.

La tripulación fue arrestada, acusada de sabotaje y Doménico Bruzzone fue encarcelado primero en Tampico y luego en la Fortaleza de San Carlos de Perote, una antigua construcción española convertida en penitenciaría, conocida por sus duras condiciones de aislamiento, frío y humedad.

Tras aproximadamente dos años de cautiverio, murió de neumonía en mayo de 1942 y su fallecimiento «fue comunicado a la familia con más de un año de retraso, utilizando el frío lenguaje burocrático de estas circunstancias, acompañado de un inventario de sus escasas pertenencias personales», relata su nieto.

Sin embargo, junto a la frialdad de los documentos, emergen pruebas de gran humanidad y afecto, como se aprecia en la correspondencia entre Bruzzone y su esposa, compuesta por «cartas sencillas pero delicadas y afectuosas», que revelan «un mundo emocional de respeto y modestia, característico de la época y del contexto de la cultura obrera ligur».

El lenguaje de la correspondencia privada de Bruzzone y de sus compañeros de prisión «contrasta marcadamente con la naturaleza árida, burocrática y fría de las comunicaciones oficiales».

Durante su encarcelamiento en Perote, la coexistencia forzada de italianos, alemanes —y probablemente también algunos japoneses— propició el surgimiento espontáneo de lazos de solidaridad en un entorno hostil y aislado, marcado por la penuria y la distancia.

«La vida en comunidad, con sus rituales improvisados y las banderas de los Saboya y de los nazis que parecen caer de ramas desprevenidas, sugiere que, incluso en los contextos más hostiles, es posible crear formas de cohesión, impulsadas por la necesidad de resistir y encontrar sentido al compartir y arraigarse en el amor y el afecto», reflexiona el nieto del ingeniero jefe del Atlas Genova.

Muchos de estos marineros, una vez liberados, decidieron permanecer en México, donde se integraron a la comunidad italiana, gracias a la cual, con el paso de los años, se fundaron instituciones como la Casa de Italia y la Sociedad Dante Alighieri (el Comité de la Ciudad de México de la Sociedad Dante Alighieri ya se había fundado en 1901, nota del redactor), para mantener vivos los vínculos con su patria.

La investigación colectiva y digital jugó un papel importante en la reconstrucción de estos acontecimientos. Entre ellos, se encuentra el blog Con la pelle appesa a un chiodo, editado por Lorenzo Colombo, que contribuyó a sacar a la luz numerosas historias olvidadas de buques mercantes y sus tripulaciones durante el conflicto.

«Algunos descendientes de aquellos hombres son ahora figuras públicas, profesionales y emprendedores que perpetúan la memoria de sus padres y abuelos a través de iniciativas culturales, educativas y conmemorativas», explica Bruzzone, quien ha convertido la reconstrucción de estos acontecimientos en un proyecto activo.

«No se trata solo de honrar a un familiar», aclara, explicando que este esfuerzo de «posmemoria», como él lo llama, también sirve para «denunciar la ausencia del Estado y el sinsentido de la guerra, con el fin de reafirmar valores humanos fundamentales como la solidaridad, el emprendimiento y el compromiso social».

Hoy, el regreso simbólico de la familia Bruzzone a Latinoamérica, con la fundación de la empresa agrícola Pique Roto en Uruguay, también da vida a un círculo: una elección que transforma la trayectoria forzada de un migrante involuntario, la del abuelo, en un acto de apoyo consciente liderado por su nieto.

«Una empresa dedicada al cultivo del olivo y al desarrollo de productos derivados, con sus raíces italianas y su influencia latinoamericana, es una forma de continuidad, un puente entre el pasado y el futuro, entre lugares y personas, entre la memoria y la creación y esto también materializa un proyecto cultural», enfatiza.

Una ulterior exploración de acontecimientos relacionados puede ser encontrada en el libro Il viaggio inaspettato, publicado en 2011 por De Ferrari Editore y escrito por Adrián Daneri Navarro (a su vez descendiente de un oficial ligur encarcelado en México), Ana Isabel González Ramella y Giacomo Daneri Hernández.

El libro, fruto de años de investigación sobre más de 1,500 documentos y testimonios, fue reeditado en una nueva edición patrocinada por la Sociedad Dante Alighieri de Guadalajara. Se presentó el 27 de junio en Génova, durante una conferencia organizada por la Cámara de Comercio y promovida por Casa América, con el patrocinio del Ayuntamiento.

Para la ocasión, una delegación de descendientes de marinos italianos en México —ahora ciudadanos mexicanos— viajó a la capital de Liguria para participar en el encuentro, en un viaje en el tiempo que reconectó los hilos de la memoria familiar y colectiva. Un regreso simbólico a la tierra de sus antepasados, que devuelve rostros y nombres a una página de la historia olvidada durante demasiado tiempo. Y que demuestra cómo, ochenta años después, los recuerdos siguen siendo una poderosa herramienta para reconstruir identidades y fortalecer vínculos.

Artículo de Lorenzo Meneghini, publicado el 18 de junio de 2025 por ilglobo.com, la plataforma online del periódico Il Globo, que se dirige a a la comunidad italiana en el extranjero.

Imágenes: ilglobo.com

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