Los sabores de Toscana en la Ciudad de México

Un assaggio di Toscana a Città del Messico / Immagine: Puntodincontro

13:37 hrs. - El restaurante Chontali de la Ciudad de México se transformó en un rincón de Toscana el pasado sábado 16 de agosto, convirtiéndose en el escenario de una excepcional cena de maridaje de vinos.

El evento, que congregó a 27 comensales, fue protagonizado por la colaboración entre el chef milanés Davide d'Orio y Riccardo Tartaglia Coppe, representante de la empresa Co.M. Italia en la capital, quien se encargó de la selección y presentación de las botellas ofrecidas a los presentes.

La velada comenzó con un paté toscano maridado con un vino blanco Orvieto de denominación de origen controlada (DOC). Con una historia de más de 2,000 años, este producto originario de la región de Umbria es conocido por su frescura, notas florales y toques almendrados, que limpiaron el paladar y equilibraron a la perfección la intensidad del paté.

El menú siguió con una crema de garbanzos, mejillones y lardo di colonnata, acompañada por un Vernaccia di San Gimignano D.O.C., un vino pionero en Italia, reconocido por ser la primera denominación DOC del país en 1966. Este nectar estelar de los viñedos toscanos, apreciado por papas y reyes, ofreció notas de manzana verde y un final ligeramente almendrado que complementaron la cremosidad de los garbanzos y la intensidad de los mejillones.

El tercer tiempo de la cena, pappardelle al ragù toscano y pecorino de Pienza, se maridó con un Morellino di Scansano con denominación de origen controlada y garantizada (DOCG), elaborado principalmente con uva sangiovese, que deslumbró con sus aromas de cereza y frutos del bosque. Su estructura y frescura realzaron los sabores del ragù y el pecorino, creando una espectacular armonía de texturas y gustos.

El cuarto platillo fue protagonizado por la clásica bistecca alla fiorentina, con una guarnición de puré de papa al romero. Su pareja perfecta fue el vino Sassoalloro Toscana IGT Jacopo Biondi Santi, un 100% Sangiovese Grosso. Caracterizado por tonos rubí brillante, notas de mora y especias dulces, equilibró la jugosidad de la carne, mientras que sus toques especiados armonizaron con el romero del puré.

El gran final de esta notable travesía gastronómica fue uno de los maridajes más emblemáticos de la Toscana: cantucci con vin santo del Chianti. Este vino dulce, añejado al menos tres años en pequeñas barricas de roble, es reconocible por sus intensos aromas a frutos secos y miel. Al sumergir en él las crujientes galletas de almendra, la dulzura y la textura se fusionaron en una experiencia nostálgica que cerró la velada con broche de oro, dejando un recuerdo memorable en cada uno de los presentes.

Imágenes: Puntodincontro

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