
10:52 hrs. - (askanews) Frida Opera Musical, escrita por Andrea Ortis y Gianmario Pagano, dirigida por Andrea Ortis y protagonizada por Drusilla Foer, es una gran producción que desde el 30 de octubre está de gira por Italia.
La acción oscila entre la fuerza del teatro musical y la expresividad visual de la pintura. En su esencia se encuentra la relación entre Frida y Diego. La ambientación es el México colorido, alegre e irreverente de La Catrina, un ícono de la muerte y la vida, de la sátira y la belleza eterna. Ella encarna el espíritu del México profundo, donde el color, la música y la pasión coexisten en un único y vasto fresco.
¿Cómo ha sido para Drusilla Foer interpretar el papel de La Catrina, la mismísima muerte?
Interesante, porque le he dado una nueva personalidad, una que jamás había imaginado: alegre, amigable, curiosa, un poco torpe, un poco participativa y con cierto sufrimiento por el complejo de no ser vida. Así que integré mi visión de la muerte, que ya de por sí tenía su complejidad, y cuanto más se enriquecen e integran ciertos temas fundamentales con significado y valor, mayor es la fortuna. Y fue maravilloso estar con estos chicos, todos buenos, talentosos y llenos de energía; la dirección, la música, es realmente hermosa, me revitaliza.
¿Qué es lo que más le impacta de esta ópera, de este Frida Opera Musical?
La participación de los artistas, de los tramoyistas —en un segundo, una casa con jardín desaparece y aparece un bosque, una selva— la participación de todos, la concentración, la atención en el escenario, que es señal de una gran integración, y la participación es un tema fundamental hoy en día, creo, por inducción.
¿Encuentra modernidad en los temas que se abordan?
Ciertamente, existe la voluntad de reaccionar ante un régimen opresivo; existe la capacidad de la mujer para expresar públicamente su dolor a través del arte; existe la vitalidad de la juventud que exige algo diferente para sí misma, porque una revolución lo presupone. Es la revolución la que lleva en sí misma la raíz, pero también la revalorización, es decir, otorgar un nuevo valor a las cosas que experimentamos, no necesariamente mediante la violencia, ni con un tono agresivo, ni siquiera bélico, sino revalorizando lo que está. Revalorémoslo.










