
10:38 h - (milenio.com) La colaboración entre México e Italia en el combate a grupos del crimen organizado deja mucho que desear, pese a la necesidad de una mayor cooperación internacional en la materia, pues los cárteles van un paso adelante de los gobiernos de todo el mundo, están dotados de una extraordinaria capacidad de evolución y adaptación y tienen un conocimiento profundo de la modernidad y de sus tecnologías, que usan para su propia ventaja.
Ese es el diagnóstico del procurador italiano Antimafia y Antiterrorismo, Giovanni Melillo, quien en entrevista con el periódico mexicano Milenio advierte que las principales organizaciones delincuenciales mundiales —entre las que se encuentran las mafias italianas y las agrupaciones de la droga mexicanas— están en grado de acordar estrategias comunes para salvaguardar sus negocios y ganancias ilegales, creando una suerte de cártel criminal global.
Pero además, el procurador resalta que las guerras actualmente en curso, como la de Ucrania o el conflicto en Medio Oriente, serán un factor formidable de transformación, difusión y potenciamiento de las redes criminales, incluidas las del narcotráfico.
La figura del procurador nacional Antimafia en Italia fue creada en 1992 por iniciativa del juez Giovanni Falcone —asesinado ese mismo año en un cruento atentado perpetrado por Cosa Nostra, la mafia siciliana— y representa la cúpula de la acción judicial contra la criminalidad organizada. Desde 2013, su campo de acción se ha expandido al combate contra el terrorismo.
En entrevista en su oficina en la sede de la Dirección Nacional Antimafia, en el centro de Roma, Melillo dice estar listo para ofrecer a las autoridades mexicanas toda la colaboración necesaria y a facilitar las relaciones con otros países europeos con los que Italia trabaja constantemente, no solamente por una solidaridad obligada, sino también «porque es nuestro interés reforzar las relaciones de colaboración con quienes pueden pueden darnos informaciones fundamentales».
¿Cuál es la situación actual de las alianzas entre grupos criminales italianos y cárteles latinoamericanos?
Lo que puedo decir es que el mercado de estupefacientes en Italia forma parte de un mercado global en el que los países de América Latina aparecen al centro de los procesos de recolección y tráfico de estas sustancias, especialmente la cocaína, hacia Europa.
En torno a este papel es evidente que han crecido gigantescas redes criminales que en muchos de esos países debilitan profundamente a los sistemas democráticos, el principio de autoridad de la función estatal; esos países en muchas ocasiones se ven reducidos a envoltorios formales, con los procesos sociales y económicos ampliamente condicionados por estas redes criminales. Por otra parte, la Ndrangheta (la mafia calabresa) es uno de los principales componentes italianos del sistema global del comercio de estupefacientes, en especial de la cocaína destinada a Europa, pero el sistema es mucho más complejo y no tiene que ver solamente con los destinos europeos y latinoamericanos, pienso por ejemplo a la enorme cantidad de estupefacientes que llegan a ese gigantesco nodo que es el Golfo de Guinea y que después aterrizan en Europa financiando la expansión de yihadistas, o procesos de desestabilización de áreas geopolíticas enteras, contribuyendo con la violencia a impulsar la migración de enormes masa de hombres y mujeres que buscan refugio en otros lugares del mundo. El problema del tráfico de estupefacientes no es simplemente de naturaleza criminal, es uno de los factores de desestabilización política y social más grandes a nivel global y es un fenómeno que tiene una extraordinaria capacidad de evolución y de adaptación tecnológica.
Hace un tiempo un periodista que había apenas regresado de Ucrania me contó que en el principal centro de reclutamiento militar del batallón Azov en Kiev conoció a tres jóvenes mexicanos, quienes le dijeron que estaban ahí para aprender las técnicas militares porque les serían útiles en México. Vemos entonces que los cárteles mexicanos son capaces ahora del uso de la tecnología militar, utilizan drones para distribuir estupefacientes en Norteamérica, así como en días pasados en Brasil, durante la intervención de las fuerzas armadas en una favela de Río de Janeiro, la respuesta del Comando Vermelho fue el uso de drones que lanzan granadas, entre otras cosas.
¿Existe entonces una especie de cártel global?
Las investigaciones más avanzadas en los últimos años, como la que encabecé cuando era fiscal de Nápoles, demuestran que existe una suerte de mesa de negociaciones en la que se sientan los representantes de las principales organizaciones criminales para definir la estrategias de comercialización y establecer precios y reglas. Hace unos 10 años utilicé la definición de algo similar a la OPEP, aunque obviamente de naturaleza criminal, y debo decir que los hechos demostraron que no estaba lejos de la realidad, porque los jefes de redes criminales nor africanos, italianos, colombianos, mexicanos, irlandeses, mediorientales se reúnen y establecen las tareas de cada uno a nivel global. Sin darnos cuenta, estamos en presencia de un sistema que está consciente de que necesita regulación criminal concordada a nivel planetario. Tanto en el aspecto tecnológico, como en los acuerdos entre cárteles y diversas redes criminales, el sistema de producción y tráfico de estupefacientes demuestra ser capaz de una extraordinaria vitalidad y capacidad de adaptación que tiene reglas simples: reducir costos y aumentar ganancias. También buscan tener acceso al know how necesario para el rendimiento especulativo de las enormes ganancias de estos tráficos ilegales. Es decir, las redes criminales siguen políticas de integración, de asistencia mutua y también de intercambio.
Creo que los países europeos no se han dado cuenta de la gravedad de esta dimensión, que es también política y económica, del narcotráfico global.
¿Cómo es ahora la alianza entre la Ndrangheta y esos cárteles?
Podemos hablar de datos que no son secretos. Los principales jefes de la Ndrangheta fugitivos no han sido arrestados en Calabria, han sido arrestados en Río de Janeiro o en Lima. Esto demuestra la solidez de esas relaciones que desde mi punto de vista son la premisa para una cada vez más profunda integración entre esas redes criminales. Desde hace tiempo las redes criminales latinoamericanas tienen importantes ramificaciones en Europa y en Italia.
Una de las cosas que observamos es la transformación de la mercancía, la cocaína, en pasta de cocaína, que es más fácil de mover, pero exige la transferencia a Europa de la red de laboratorios necesarios para la transformación de la pasta en clorhidrato de cocaína (la sustancia pura).
¿Dónde están esos laboratorios?
En toda Europa.
¿Es un reto a nivel internacional?
Sì, es un reto global que exige respuestas integradas en los niveles educativo, de la formación y naturalmente también en el plano judicial. En los últimos tres años, desde que asumí (como procurador Antimafia) hemos apostado en la fuerza de la colaboración con los países de América Latina. Formamos parte del sistema de la red antinarcos de la Asociación Latinoamericana de Ministerios Públicos.
¿Cómo es la colaboración con México?
México es probablemente el área crítica de los fenómenos criminales con la cual hay menor colaboración. No sé si esto depende del hecho de que tendencialmente las redes criminales mexicanas están proyectadas sobre todo hacia Norteamérica y Asia, más que hacia Europa pero nosotros estamos construyendo relaciones de colaboración estables, importantes con países importantes, con democracias latinoamericanas, como Brasil, Argentina, Chile, Ecuador. Hay escuadras investigativas comunes con cada uno de estos países.
¿Con México?
No me parece. Puede ser que exista un déficit de iniciativa italiana y en general europea pero abstractamente el marco de colaboración es el mismo: la Convención de Palermo sobre la Criminalidad Organizada Transnacional, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Tráfico de Estupefacientes, la Convención de Viena de 1977.
Por lo tanto, no es el cuadro normativo internacional el que impide la colaboración.
Nosotros estamos listos para ofrecer a las autoridades mexicanas toda la colaboración que puedan necesitar. Estamos listos también para facilitar las relaciones de las autoridades mexicanas con las autoridades de los otros países europeos que trabajan constantemente con nosotros. Estamos integrando progresivamente las estrategias de investigación en el lado europeo, sobre todo con España y Holanda y por el lado latinoamericano con los países ya citados que son naciones en las que las autoridades políticas están conscientes de la gravedad del problema y de la necesidad de reforzar la colaboración internacional.
Desde hace tres años la red latinoamericana se reúne en Palermo, Sicilia. Debo sin embargo subrayar que al lado de los avances hay también muchos retrocesos, por ejemplo la colaboración con Colombia es ahora menos significativa que la que existía hasta hace pocos años.
En México, los cárteles hacen un uso generalizado de la violencia, mientras en Italia las mafias recurren menos a la violencia explícita…
Las organizaciones mafiosas italianas han repudiado el uso de la violencia como principal método de solución de controversias y conflictos pero no se puede decir que hayan abandonado los métodos violentos; han simplemente asumido una estrategia de mimetización social y hasta mediática, con el uso de las redes sociales y, naturalmente, sobre todo económica y financiera respecto a la estrategia de control militar del territorio o de contraposición violenta al Estado. Esto ha ocurrido por efecto de un proceso evolutivo que ha sido también originado por la eficacia de la acción policiaca que el Estado italiano ha desarrollado a partir de los años ochenta y sobre todo después de las masacres de 1992 y 1993.
Las cúpulas de las grandes organizaciones criminales están en su mayoría desarticuladas y los jefes detenidos. Los responsables de ese periodo han preferido adoptar estrategias de mimetización, en las que delegan algunas tareas especialmente arriesgadas, como el transporte de estupefacientes, a otras redes criminales: albanesas, nigerianas, norteafricanas. Este es uno de los factores que por una parte impulsa hacia la integración progresiva de las redes criminales y por otra parte explica cómo es que algunas de estos componentes se reservan para sí el rol de mediación fundamental en el proceso de reciclaje y reinversión especulativa. Pero nuestras mafias no han olvidado el uso de la violencia y están en grado de regresar a usarla.
La dimensión sanguinaria de los cárteles mexicanos y sudamericanos está vinculada a condiciones sociales que, probablemente, hacen posible la organización política de los intereses de las mismas organizaciones criminales que necesitan el control militar.
Es el control que ejerce por ejemplo el Tren de Aragua en la frontera de Bolivia o el control en Río de Janeiro. Algunos países de la región, por ejemplo Chile, han tomado a Italia como modelo de referencia para construir una fiscalía nacional encargada del narcotráfico. También en Ecuador, Brasil o Argentina, que están modificando las propias legislaciones y potenciando los servicios de policía.
Italia tiene mucha experiencia que ofrecer en el combate a la criminalidad organizada…
Sí, lamentablemente. Cuando comencé a hacer este trabajo hace casi 40 años no sabíamos nada de la estructura, de las reglas de las organizaciones criminales. Hoy tenemos un conocimiento profundo que permite la organización eficaz de la acción de investigación. Pero debido a que las acciones criminales actuales más importantes, como tráfico de droga, tráfico de personas o reciclaje, son procesos globales, es que tenemos necesidad de obtener conocimientos que pueden nacer solamente de la experiencia de otros países.
Estamos listos para ayudar a otros países no solamente por una solidaridad necesaria y obligada, sino también porque es de nuestro propio interés reforzar las relaciones de colaboración en grado de darnos informaciones fundamentales.
¿Cree que la legalización del consumo de droga es un camino viable?
Yo creo que la legalización tendría efectos desastrosos simplemente porque para tener eficacia debería ser hecha de manera uniforme y rigurosa a nivel global y no me parece que existan las condiciones y, sobre todo, para la legalización serviría la remoción del peso condicionante que las organizaciones criminales ejercen en muchos países. Creo más bien que las políticas de inclusión y asistencia social y las educativas tienen una gran importancia y presuponen la capacidad de los gobiernos de ejercer la soberanía en todo su territorio.
Las organizaciones criminales van un paso adelante de la colaboración de los países para combatirlas. Giovanni Falcone decía que los mafiosos tienen siempre una amplia ventaja respecto a nosotros, que era un modo aparentemente simple para explicar un concepto mucho más profundo: quiere decir que las organizaciones criminales están dotadas de una extraordinaria capacidad de evolución, tienen un conocimiento profundo de la modernidad y de sus tecnologías.
Las guerras actuales serán un factor formidable de transformación, difusión y potenciamiento de las redes criminales, incluso las del narcotráfico. Las guerras son un factor extraordinario de evolución tecnológica, incluidas las técnicas de agresión cibernética y todo eso confluye en los modelos organizativos futuros pero también actuales de los grupos criminales.
Foto: ANSA










