Murió Ado Campeol, el propietario de Le Beccherie. Su esposa inventó el tiramisú

11:52 hrs. – Ado Campeol, el titular del restaurante Le Beccherie en Treviso, Italia, falleció a la edad de 93 años. La suya fue una vida dedicada a la cocina, sin jamás dormirse en los laureles por haber visto nacer uno de los postres italianos más famosos del mundo. A los 12 años comenzó a trabajar en el local que había abierto su padre y que siguió con pasión y dedicación durante sesenta años, hasta pasar la responsabilidad a sus hijos.

Parece que en 1970 (o, según otras versiones, a finales de los 60) quienes inventaron el tiramisú, precisamente en el restaurante dirigido por Campeol, fueron su esposa Alba y el chef Roberto Linguanotto.

Lo hicieron a raíz de un “accidente”: durante la preparación de un helado de vainilla, el chef dejó caer por error queso mascarpone en el recipiente que contenía huevos y azúcar. Al probar la cuchara “sucia” del nuevo compuesto, quedó encantado y, en ese momento, Linguanotto y la señora Alba decidieron probar esa mezcla sobre bizcochos empapados en café amargo.

El nuevo postre, rebautizado como “Tirame Su”, se preparaba en platos redondos de plata, dejándolo reposar unas horas en el refrigerador y espolvoreándolo con cacao amargo cuando se iba a servir. En 1972 entró oficialmente en el menú del restaurante.

Hay varias teorías sobre el nacimiento del tiramisú: la Región Friuli Venezia Giulia también reivindica el mérito, afirmando que años antes se preparaba en el hotel Roma de Tolmezzo. Sin embargo, la receta original del Beccherie se depositó y registró con una escritura notarial en la Academia Italiana de la Cocina en 2010.

La muerte de Campeol —en la foto principal de este artículo con su hija Marina y su esposa Alba— fue anunciada por el gobernador de la Región de Véneto, Luca Zaia: «Gracias a la intuición e imaginación de su esposa, nació uno de los éxitos de repostería más famosos del mundo, como el tiramisú certificado por la Academia Italiana de la Cocina. ¿Quién, en Treviso o desde otras ciudades, no ha pensado, al menos una vez, en ir a cenar a Le Beccherie, quizás atraído por la carne mixta hervida que durante tanto tiempo fue su tarjeta de presentación, así como, por supuesto, el legendario postre».

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