Los cafés históricos de Venecia, Florencia y Roma

Los cafés históricos de Venecia, Florencia y Roma

08:07 hrs. - La historia del café se caracteriza en sus inicios por décadas de tradiciones orales, sin embargo, no está claro dónde se cultivó por primera vez y no hay evidencia directa de su consumo antes del siglo XV.

El árbol Coffea, la especie autóctona no domesticada, es originario de la provincia de Kefa, de la que toma el nombre, situada en el suroeste de Etiopía, alrededor de Gimma.

La leyenda más conocida cuenta que un pastor local notó el efecto tonificante de este arbusto en su rebaño de cabras después de alimentarse de las hojas y bayas de la planta.

El cultivo pronto se extendió a la cercana Península Arábiga, donde su popularidad se vio favorecida por la prohibición islámica de las bebidas alcohólicas. La sustancia tomó el nombre de K'hawah, que significa "vigorizante" y su consumo luego se extendió al Levante y Persia a principios del siglo XVI. La infusión llegó a Europa en la segunda mitad del siglo XVI a través de las rutas comerciales del Mediterráneo.

La llegada a Italia fue a través de Venecia. De hecho, gracias a su posición y sus relaciones comerciales con el mundo oriental, fue en esta ciudad lagunar donde nació la tradición cafetera, que luego se extendió al resto de la península.

La noticia de la primera botega da caffè en la Plaza de San Marcos es de finales del siglo XVII y el maestro del teatro veneciano Carlo Goldoni dedicará una de sus más importantes creaciones a la “Bottega del caffè”, compuesta en 1736.

Durante el siglo XVIII se produjo una auténtica explosión del fenómeno, con el nacimiento de numerosos locales. Entre estos, uno de los más conocidos y antiguos es sin duda el café Florián, aún hoy símbolo de la ciudad. Un viaje a través de los cafés venecianos históricos más conocidos comienza justo aquí, exactamente debajo de las arcadas de las Procuratie Nuove en la plaza de San Marcos.

El Café Florian

El Café Florian fue fundado en 1720 e inaugurado con el nombre de Alla Venezia Trionfante (En la Venecia triunfante). Desde el principio, este elegante edificio se caracterizó por sus productos y huéspedes exclusivos: de hecho, aquí se reunían nobles, políticos, intelectuales y don juanes, protagonistas de su tiempo, como el mencionado Goldoni, Giacomo Casanova y, más recientemente, Gabriele D'Annunzio.

Caffè Florian – Sala orientale

Hoy, el Florian aún conserva el encanto de las épocas que vivió. Con su arquitectura, fruto de restauraciones y renovaciones, las salas ricamente decoradas en diferentes estilos (las más famosas son la Sala del Senado, la Sala China y la Sala Oriental, la Sala de los Hombres Ilustres), sus interiores decimonónicos, el local es un importante centro cultural donde se organizan exposiciones, encuentros e instalaciones. Fue aquí, a finales del siglo XIX, donde se tuvo la intuición de crear lo que más tarde sería la Bienal de Venecia. Sigue siendo, sin embargo, también un lugar ideal para los turistas que simplemente quieren disfrutar de un espresso sentados en una mesa: en el corazón de Venecia, a tiro de piedra del Gran Canal.

Gran Café Quadri

También en la plaza de San Marcos, hay otro café histórico que desde 1775 ha conquistado un espacio destacado entre los muchos locales de Venecia. El Gran Café Quadri encarna la memoria de los siglos vividos entre el ocaso de la República de la Serenissima y el nacimiento de la Edad Moderna, junto con los secretos de los personajes que se sentaron en sus salas. Después de Stendhal, Lord Byron, Alexandre Dumas, Wagner, Marcel Proust, incluso hoy, este sitio es el destino favorito de actores y directores que asisten al Festival de Cine de Venecia, incluyendo a Woody Allen.

Café La Calcina

Avanzando hacia el límite sur de la ciudad, en el antiguo barrio de Le Zattere, nos encontramos con el Café La Calcina, otro importante lugar de encuentro que en el siglo XX fue un cenáculo para artistas desaliñados y recibió a autores como Rainer Maria Rilke. El lugar ahora es un bar y restaurante y se llama La Piscina en memoria del balneario con alberca que una vez estuvo allí.

Otros locales históricos

Finalmente, en la zona del Lido, el Lion's bar, diseñado en 1925, se presenta a los visitantes y turistas como un brillante ejemplo de Art Déco gracias a sus frisos de hierro forjado, vidrios de colores y decoraciones florales típicas de la época.

FLORENCIA

Conocer Florencia a través de sus palacios, sus monumentos y sus museos es sin duda una forma eficaz de descubrir el encanto de la ciudad de los Medici, que se ha mantenido intacto a lo largo de los siglos. Visitar sus cafés históricos, sin embargo, equivale a integrarse con su alma y su historia. Así se descubrirá que la fortuna de algunas de las calles y plazas más famosas de Florencia está ligada precisamente a estos importantes lugares de encuentro. Este es el caso de Piazza della Repubblica, una de las plazas más bellas de la ciudad. Al contrario de lo que se podría pensar, su fama no proviene de la arquitectura y de su famoso arco, sino de los cafés literarios que la enmarcan: el café Gilli y el café Paszkowski. Ambos involucrados en mayor o menor grado en uno de los grandes fenómenos culturales del siglo XX, el Futurismo, un movimiento artístico y literario bajo la bandera de los mitos de la modernidad: la fuerza, la velocidad y el poder, como encarnaciones de la tecnología y el progreso.

Café Concierto Paszkowski

El Café Concierto Paszkowski nació en 1846 como cervecería, pero pronto se convirtió en un Café Concierto donde actuaba la famosa banda de Paszkowski y una muy poco común en aquella época orquesta femenina. Este café-cervecería pronto se afirmó como lugar de encuentro de los protagonistas de la literatura y el arte del siglo XX. En la posguerra su vocación musical giró definitivamente hacia el cabaret. Incluso hoy en día esta antigua tradición está bien representada por los artistas que actúan allí. También es escenario de conferencias y desfiles de moda, mientras que sus salones de té son una visita obligada para los turistas extranjeros que quieren tomarse un descanso. Desde 1991 ha sido declarado monumento nacional.

Café Gilli

A principios de siglo, el Café Gilli también se convirtió en un elegante local literario, frecuentado por artistas e intelectuales como Marinetti y Ardengo Soffici. Un café de estilo Belle Époque con paredes de color marfil, candelabros de Murano, techos con frescos y arcos que confirman el buen gusto y la hospitalidad de los florentinos.

Son muchísimos los testimonios fotográficos de artistas internacionales inmortalizados en sus salas. Pero fue afuera del Café Gilli donde se tomó la famosa imagen de Ruth Orkin, titulada American girl in Italy 1951. La foto, que retrata a la estadounidense Ninalee Craig, de 23 años, caminando por la acera frente al bar, rodeada de las miradas de admiración de sus jóvenes clientes, se ha convertido con el tiempo en un conocido ícono del cine y la fotografía.

Ruth Orkin, American girl in Italy 1951

ROMA

Roma, en su espléndido centro histórico, está llena de cafés antiguos. Cada uno de estos lugares tiene su propia historia y cuenta algo más sobre la Ciudad Eterna y sobre quienes, de paso por la capital, quedaron fascinados por ella.

Antico Caffè Greco

Entre los cafés más famosos se encuentra el Antico Caffè Greco, ubicado en la elegante Via Condotti. Es el segundo más antiguo de Italia después del Florián de Venecia.

Inaugurado en 1760, debe su nombre al origen griego de su fundador Nicola della Maddalena. Lugar de encuentro de artistas e intelectuales italianos y extranjeros desde el siglo XIX, centro de mundanalidad y cultura en los años 60 y 70, ha sido repetidamente retratado en bocetos y pinturas y también tuvo entre sus clientes a Schopenhauer, Franz Liszt, Stendhal, Wagner y Orson Welles.

Además de disfrutar de un buen café, en los salones de este sugerente lugar se pueden admirar más de 300 obras que hacen del Antico Caffè Greco una de las galerías de arte privadas abiertas al público más grandes del mundo.

Café Museo Atelier Canova Tadolini

Sin salir de las calles comerciales, en la renombrada Via del Babuino, nos encontramos con el Café Museo Atelier Canova Tadolini, el antiguo estudio que perteneció al gran escultor Antonio Canova y que dejó a su alumno favorito Adamo Tadolini. Hoy el local no es solo un café, sino que se ha transformado en una sala muy particular que también incluye un museo con una excepcional colección de esculturas.

La barra del Café Museo Atelier Canova Tadolini

Caffè Sant’Eustachio

Situado a un paso de la Plaza Navona y del Panteón y frente al Senado de la República Italiana, se encuentra el Café Sant’Eustachio. Originalmente una antigua torrefacción de leña, nacida en los años treinta, conserva aún hoy el mismo mobiliario y el mismo piso de aquella época. Su emblema es el ciervo, símbolo de San Eustaquio.

Salón de té Babington

No es una cafetería, sino un salón de té. Fundado en 1893 por las británicas Isabel Cargill y Anna Maria Babington, esta sala también de lectura fue creada para los muchos anglosajones presentes en Roma que podían disfrutar aquí de su bebida favorita, en ese momento solo vendida en farmacias. Hoy, en este lugar, predilecto por los amantes de la infusión a base de las hojas de Camellia sinensis, de la que aquí pueden encontrar todas las esencias, se respira un ambiente tranquilo y reservado.

El mobiliario esencial en estilo de finales del siglo XIX, las mesas de madera con pajas coloniales, las teteras y la porcelana exclusiva hacen que el salón de té Babington, que da directamente a la Plaza de España, sea aún más mágico.

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