
16:07 hrs. - Con siete cráteres en su territorio, el Estado mexicano de Puebla se erige como un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y la historia. Sus volcanes ofrecen una amplia gama de actividades para aventureros de todos los niveles, desde el senderismo y el ciclismo de montaña hasta el alpinismo.
El más conocido a nivel mundial — el Popocatépetl, 5,462 m y activo desde 1994 — es monitoreado las 24 horas del día, gracias a una red de sensores que detectan cualquier posible amenaza, pero el territorio poblano alberga otras seis importantes strutture geologiche generate in seguito ad attività eruttive.
En la frontera con el Estado de Veracruz resaltan los 5,636 metros del Pico de Orizaba, coloso activo catalogado como el volcán más alto de México y el tercero de Norteamérica.
La Malinche (4.420 m) cierra la lista de los cráteres en actividad del Estado. Es una montaña que alberga una gran biodiversidad y se ha convertido en un destino popular para el senderismo.
La Sierra Negra (4,580 m), también llamada Tliltépetl o Atlitzin, es un volcán inactivo. Quinta en altura entre las cumbres más altas de México, se ubica junto al Pico de Orizaba.. En su cima se localiza el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, el mayor radiotelescopio del mundo en su rango de frecuencia.
El Iztaccíhuatl (5,215 m), la tercera montaña más alta del país, conocido como la mujer dormida debido a su peculiar forma, se encuentra inactivo y es parte de una leyenda azteca sobre amor y pérdida.
La lista concluye con el Cuexcomate, una curiosidad geológica y atractivo turístico en la ciudad de Puebla, considerado el geiser más pequeño del mundo, y el menos conocido Otzelotzi (3,100 m), una de las formaciones geológicas más meridionales del Eje Neovolcánico mexicano.
Foto: María Paula Martínez / Gaceta UNAM