
09:54 hrs. - En medio de la turbulencia mundial provocada por la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, la segunda edición de Ingenium, el informe del Centro de Estudios de Confindustria —la principal organización representativa de las empresas manufactureras y de servicios italianas —presentado hoy en Milán y elaborado con el apoyo de Federmacchine—, destaca que los nuevos equilibrios llevan a México y a América Latina al centro de las cadenas de suministro internacionales.
Lo studio afferma che l’area dell’America Latina e Caraibi (ALC) negli ultimi anni sembra aver intrapreso una strada virtuosa di crescita e sviluppo. Secondo le stime della Banca Mondiale, nel 2024 il tasso di crescita del PIL dell’area ALC è atteso intorno al +1,9%, e la previsione per il 2025 è di un +2,6%. La crescita registrata finora e quella prevista per il futuro restano tuttavia inferiori rispetto alle previsioni per le altre principali aree geografiche. Le prospettive di sviluppo potrebbero essere ulteriormente rafforzate dalle tendenze di nearshoring o friendshoring in atto negli USA. Tali politiche potrebbero infatti rappresentare un’opportunità per i paesi dell’ALC di attrarre attività produttive sul proprio territorio alla luce del vantaggio competitivo dovuto alla vicinanza geografica con gli Stati Uniti. In questo quadro, quindi, risulta fondamentale per l’Italia di caratterizzarsi come un partner commerciale forte e credibile nella regione, in parte sembra già aver intrapreso la giusta strada. Il peso dell’area ALC sul totale dell’export complessivo italiano si è attestato nel 2023 al 3,1%, per un valore di intorno ai 19,3 miliardi di euro, registrando un tasso di crescita medio annuo (CAGR) del 3,6% dal 2014. I principali partner commerciali risultano essere il Messico con una quota nel 2023 del 32,9% e il Brasile con una quota del 28,2%. Seguono, a notevole distanza, l’Argentina (7,2%) e il Cile (6,8%).
México, primer país por demanda de productos ACT en la zona
Aproximadamente el 90% de las exportaciones mundiales de bienes ACT a la región latinoamericana y del Caribe son captadas por seis economías: México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Perú. Entre estos, México ocupa el primer lugar como principal mercado de salida de bienes de ACT en el área de ALC (45,1%). El único país latino de América del Norte es también el principal importador en la zona de maquinaria a nivel mundial. México es también la economía más abierta entre las principales del área: el comercio representa el 88% del PIB. La palanca principal es sin duda la proximidad al cercano mercado estadounidense, pero no es la única. La manufactura mexicana, de hecho, está particularmente diversificada, especialmente cuando se compara con la de muchos pares de la región. Aunque formalmente todavía se lo etiqueta como emergente, el país es de hecho una economía avanzada desde el punto de vista de la diversificación productiva. Además, la fuerza laboral que opera en el sector productivo local está bien preparada, calificada y disponible a costos relativamente competitivos. Las múltiples políticas implementadas por el gobierno para promover el desarrollo industrial multisectorial y atraer inversiones en los sectores de alta tecnología han creado un entorno empresarial favorable, convirtiendo a México en un actor global en la producción de bienes complejos de alto valor agregado. La industria automotriz sigue siendo una piedra angular de la manufactura mexicana, pero ya no es el único sector en el que se centra el país. En los últimos años en particular, México ha surgido como un centro de manufactura de alta tecnología: sectores como el aeroespacial, los dispositivos médicos y la electrónica han experimentado un crecimiento significativo, ayudando a expandir la base manufacturera del país y a atraer inversión extranjera. No es de extrañar, por tanto, que el mercado mexicano se sitúe entre los cinco primeros países emergentes en cuanto a potencial exportador de bienes ACT, con un margen de mejora de 281 millones de euros.
Italia ya está comprometida con la promoción de la industrialización de los países de ALC, pero hay espacio para fortalecer la cooperación
Las empresas italianas ya están involucradas en proyectos destinados a fortalecer el desarrollo tecnológico en el área. En este sentido, los Centros Tecnológicos creados en América Latina son ciertamente dignos de atención, también gracias a la contribución de las Asociaciones del Sistema Confindustria, que constituyen un vector de entrada a los mercados de la región para la tecnológica italiana, ofreciendo formación para el uso de esta última y un apoyo de calidad al desarrollo industrial de los países receptores. Ejemplos de estos son el CESAT (Centro Técnico de la Industria del Plástico y del Hule, diseñado principalmente para brindar capacitación y asistencia a las numerosas empresas locales) en el Estado de Puebla y el CIMMATH (Centro Ítalo-Mexicano de Innovación para la Manufactura de Alta Tecnología) en el estado Estado de Hidalgo, ambos en México. Resultados más significativos en términos de internacionalización de las empresas italianas también podrían derivar de una mayor participación en programas de cooperación internacional, en los que la participación italiana todavía es débil. Entre las licitaciones lanzadas por el banco multilateral de la región, el Banco Interamericano de Desarrollo – BID, por ejemplo, se destaca que frente a los más de 33 mil millones de dólares asignados en los últimos 10 años por la institución (para aproximadamente 80 mil proyectos de diversa índole), las empresas italianas se adjudicaron sólo 90 licitaciones, por un total de apenas 203 millones de dólares —valores correspondientes a menos del 1% del total—, la gran mayoría de las cuales en el sector de "consultoría de ingeniería". Además, observando la naturaleza de las licitaciones convocadas por el Banco, es evidente que muchos países de la región están interesados en proyectos cuya realización requeriría la importación de maquinaria y tecnología italiana. Muchos de ellos se refieren a sectores como la electromovilidad, la infraestructura de transporte, la creación de sistemas de almacenamiento y transmisión de energía, otros simplemente apoyan programas de fortalecimiento industrial.
Foto: confindustria.it