Una obra del arte plumario mexica en el Museo de Culturas de Milán

Un'opera di arte piumaria mexica al Museo delle Culture di Milano / Immagine: comune.milano.it

08:35 h - El retrato del cardenal Giulio Rospigliosi, un mosaico de plumas y obra maestra del arte plumario precolombino, nueva adquisición del centro de exposiciones, se exhibirá en la colección permanente del Museo de las Culturas (MUDEC) de Milán, en la sala dedicada a la Colección Settala.

Esta obra, creada por un artista mexicano anónimo del siglo XVII y que representa al futuro Papa Clemente IX, enriquece aún más las colecciones del ayuntamiento de la capital de la región italiana de Lombardía.

La adquisición es el resultado de una extensa investigación y una rigurosa verificación de procedencia, llevada a cabo con la aprobación y colaboración de la Embajada de México en Italia.

Creada en tierra azteca entre la segunda mitad de la década de 1660 y la primera mitad de la de 1670, la pintura es un excelente ejemplo del llamado arte amanteca, nombre con el que se conocían en el Imperio Mexica las obras de los artesanos especializados en la creación de accesorios, prendas y ornamentos con plumas preciosas.

El método consistía en aplicar una o más láminas de papel amatl sobre una placa de cobre, que luego se cubrían con capas de coloridas plumas de aves.

Esta técnica, basada en una larga tradición prehispánica, se utilizaba en el virreinato de Nueva España para crear imágenes sagradas católicas encargadas por las autoridades eclesiásticas.

Los misioneros pronto reconocieron su potencial como herramienta de evangelización y numerosos ejemplares fueron enviados a Europa como obsequios a papas, emperadores y soberanos. Las obras se incluyeron en las colecciones de maravillas más antiguas del mundo, como las de las familias Farnese, Chigi y Médici, así como en el gabinete de curiosidades del jesuita Atanasio Kircher (1602-1680).

Entre los coleccionistas de la época se encontraba Manfredo Settala —parte de cuya colección se exhibe actualmente en el Mudec—, quien poseía varias pequeñas piezas de la técnica de la amanteca, lamentablemente perdidas en la actualidad.

Los retratos de este tipo y de dimensiones similares —que requirieron varios meses de trabajo— son extremadamente raros. La obra adquirida por el Mudec puede vincularse a una posible serie de dos pinturas realizadas por el mismo taller. La primera de ellas, el retrato del papa Alejandro VII Chigi (datado hacia 1665-1666), ya se exhibió con motivo de la inauguración de la exposición permanente «Milán global. El mundo visto desde aquí» (2021).

Imagen: comune.milano.it

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