17:10 hrs. – Fue inaugurado el espacio cultural L’energia dei luoghi en Portopiccolo di Sistiana, a pocos kilómetros de la frontera entre Italia y Eslovenia, un pueblo con arquitectura sostenible, cuyos colores de las áreas habitadas se mezclan con el entorno natural y que abraza un pequeño puerto. La bahía de Sistiana, en la que se encuentra esta aldea, tiene una historia antigua: era famosa por ser, a principios del siglo XX, el destino turístico y balneario de la nobleza de los Habsburgo.
L’energia dei luoghi estará dedicado a la creatividad contemporánea y a la investigación artística y el primer evento de la galería es el preestreno de la exposición Mare Primo, del mexicano Manolo Cocho, comisariada por la crítica de arte Maria Campitelli, con la cual el artista nacido en la Ciudad de México en 1968 concibió hace siete años el importante proyecto “Puente Internacional Italia-México” con motivo del 150 aniversario de la partida de Maximiliano de Austria desde Miramar hacia México y de los 140 años de relaciones diplomáticas entre México e Italia.
La obra pictórica del creador multidisciplinar —con más de un centenar de eventos en su haber en México, Europa, Estados Unidos y Canadá— fue presentada con unos grandes lienzos y anticipa la exposición que se montará en primavera en su versión completa.
Cocho es también curador y coordinador del Programa Académico Arte, Ciencia y Complejidad del Centro C3 de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según Campitelli, «Manolo Cocho realiza un gran trabajo artístico para visualizar su pensamiento. El conocimiento científico está íntimamente ligado a su producción artística. La obra, para Manolo Cocho, es la demostración poética de una idea que crece al alimentarse de la filosofía, la ciencia, el mito en un coágulo de materia y espíritu, de pasado y presente, en proyección futura».
«Su pensamiento se actualiza sobre los sistemas de red que crecen indefinidamente, desencadenando la teoría de la complejidad y el caos. Las obras, todas extraordinariamente vvivenciales, caracterizadas por motivos gráficos interrelacionados, así como dibujos cromáticos hábilmente pictóricos, se convierten en la traducción visual de su cosmogonía. Ciencia y arte están íntimamente conectados como ya sucedió en el Renacimiento con Leonardo da Vinci».
«Mare Primo» —concluyó la curadora— «es una exposición sobre el mar que narra el infinito del saber y se relaciona con el origen de la vida, con el concepto de primigenio. El universo desciende entre las cuadrículas gráficas y las oleadas de color de Manolo Cocho. Adentro hay de todo».