05.14 hrs. – Entre los temas de la agenda política del último G20 en Roma, se abordó también la igualdad de género. «No puede haber una recuperación rápida, equitativa y sostenible si nos olvidamos de la mitad del mundo», dijo el primer ministro italiano Mario Draghi, recordando «el compromiso del grupo de promover un mayor acceso de las mujeres a las disciplinas científico-tecnológicas (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)».

El asunto ya había estado en el centro de los eventos Women20 en Roma en julio de 2021 y del Women's forum G20 Italy, celebrado en Milán el 20 de octubre, y ayer fue retomado por Almanacco della Scienza, una publicación de la Oficina de Prensa del Consiglio Nazionale delle Ricerche.

Claudio Barchesi, en un artículo titulado Pasos hacia la igualdad, reporta la opinión de Emilia Giorgetti, física del Instituto de Sistemas Complejos del CNR de Sesto Fiorentino y Agregada Científica de la Embajada de Italia en la Ciudad de México.

«El mayor problema para las mujeres en México no es hacer una carrera en ciencias, sino ir a la escuela», explicó Giorgetti al describir la situación en el contexto de la igualdad de género en el país donde desempeña sus funciones.

«La deserción escolar» —agregó— «es muy alta. En el campo de la ciencia y la tecnología, la brecha de género persiste, pero la comunidad académica ha hecho un gran esfuerzo para promover la inclusión de la mujer en la ciencia, por lo que su participación ha aumentado enormemente».

«El Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnologías de México, Conacyt, cuenta ahora con más de 28 mil científicos y alrededor del 37% de ellos son mujeres. Los hombres predominan en las disciplinas científicas, mientras que las mujeres destacan en las humanidades».

«A medida que aumenta el nivel, como en el resto del mundo, hay menos mujeres que hombres. Sin embargo, México también está avanzando mucho en política y, a través de leyes específicas, ha alcanzado el 50% de representación femenina en el parlamento y la igualdad de género en el gobierno, adoptando una política exterior 'feminista' en el escenario internacional. Esto es un buen augurio para el futuro».