Tres códices mexicanos conservados en Italia

Tres códices mexicanos conservados en Italia

09:46 hrs. – Los códices, manuscritos que datan de la época precolombina y de la conquista española, son una de las principales fuentes primarias para el estudio de la cultura azteca. Tres de estos documentos llegaron a Italia a principios de la época colonial y dan testimonio de la riqueza y diversidad del pensamiento mesoamericano de aquel periodo, así como del complejo proceso de sincretismo religioso que condujo a la evangelización del “Nuevo Mundo”.

El Códice Cospi

Es uno de los trece manuscritos precoloniales que se han conservado hasta la actualidad. Fue realizado por pintores nahuas entre el siglo XV y principios del XVI, muy probablemente en dos lugares diferentes de la región de Puebla, en el centro de México.

El manuscrito consta de una tira de piel de ciervo, de 3640 mm de largo y entre 174 y 182 mm de alto (a su vez formada por cinco tiras de cuero pegadas entre sí), doblada como un leporello para obtener 20 páginas. Toda la tira fue cubierta inicialmente por ambos lados con una capa de tiza blanca, sobre la que se trazaron las pinturas.

Desde un punto de vista temático, el Código Cospi es un manuscrito que contiene intentos de obtener predicciones sobre eventos futuros a partir de la observación de hechos presentes.

El anverso está dividido en tres secciones: la primera (págs. 1-8) consiste en un tonalpohualli (cuenta de días), un ciclo sagrado de 20 períodos de 13 días cada uno que se utilizaba para la adivinación.

La segunda sección (págs. 9-11), conocida como Almanaque de Venus, está compuesta por cinco imágenes de Tlahuizcalpantecuhtli (el señor de la aurora), es decir, el planeta Venus como lucero del alba, que en el día de su salida helíaca apuñala una serie de elementos provocando diferentes tipos de desgracias (sequía, hambruna, crisis política, etc.).

La tercera sección (págs. 12-13), conocida como Los Cuatro Templos, contiene imágenes de cuatro deidades, cada una asociada con uno de los cuartos del ciclo de 260 días, quemando incienso frente a unos santuarios. Se desconoce la función mántica específica de esta subdivisión.

El reverso del códice consta de una sola sección que se extiende a lo largo de las páginas 21-31. Cada una de las páginas muestra la imagen de una deidad flanqueada por animales y ofrendas. En la parte inferior se muestran grupos de barras y puntos que tal vez indican el número de ofrendas que se tenían que utilizar en el curso de rituales específicos relacionados con la caza y la protección de animales peligrosos.

Con toda probabilidad, el Códce Cospi fue llevado de México a Italia por el misionero dominico Domingo de Betanzos (c. 1480-1549), quien llegó a Bolonia el 3 de marzo de 1533 para encontrarse con el Papa Clemente VII, a quien donó varios manuscritos pictóricos. y artefactos indígenas. Posteriormente, el documento fue propiedad secuencial de varias familias boloñesas hasta que, el 26 de diciembre de 1665, el conde Valerio Zani lo donó al marqués Ferdinando Cospi, tal y como consta en uno de los dos sobres de pergamino europeo que lo protegen en la actualidad (en la imagen principal de este artículo. Foto de Luca Sgamellotti - Biblioteca de la Universidad de Bolonia). En 1743 fue trasladado a la Academia de Ciencias del Instituto de Bolonia y luego, en 1803, a la Universidad, que aún lo conserva en su biblioteca.

El Códice Magliabechiano

Es un códice ilustrativo —escrito en papel europeo con dibujos y textos en español en ambos lados de cada página— creado a mediados del siglo XVI, a principios de la época colonial. Está compuesto por un conjunto de documentos conocidos colectivamente como el “grupo Magliabechiano”. Otros manuscritos de la colección incluyen el códice de Tudela y el códice de Ixtlilxóchitl.

El códice Magliabechiano es principalmente un documento religioso, cuyas 92 páginas representan un glosario de elementos cosmológicos aztecas. Muestran los 20 nombres de los días del tonalpohualli, las 18 fiestas mensuales, el ciclo de 52 años y diversas deidades, ritos, costumbres y creencias indígenas.

El Códice Magliabechiano —o Libro de la vida que los indios antiguamente hazian y supersticiones y malos ritos que tenian y guardavan— se basa en un documento anterior y desconocido. La obra lleva el nombre de Antonio Magliabecchi, archivero, coleccionista y bibliófilo nacido en Florencia en 1633 que la localizó, aunque todavía hoy no está claro cómo llegó a sus manos. El manuscrito es actualmente parte de la colección de la Biblioteca Nacional Central de Florencia. Algunos investigadores cuestionan su validez descriptiva debido a la alteración de las simbologías.

El Códice Florentino

El Códice Florentino es la última copia, la única bilingüe (en español y náhuatl), de la Historia universal de las cosas de Nueva España, escrita por fray Bernardino de Sahagún. El misionero español llegó en territorio mesoamericano en 1529 y a partir de 1559 comenzó a recopilar testimonios indígenas. Probablemente en 1569 terminó la redacción de la primera versión, 12 tomos que contienen información sobre divinidades, fiestas, astrología, presagios, filosofía, retórica, historia, formas de gobierno, costumbres, flora, fauna y episodios de la conquista. El ejemplar que poseemos actualmente fue reescrito en los años 1576-1577 y fue enviado a Martín Enríquez de Almanza, cuarto virrey de la Nueva España del 5 de noviembre de 1568 al 3 de octubre de 1580. El rey Felipe II ordenó su incautación en 1577 y no lo devolvió nunca a Bernardino a pesar de su insistencia.

En aquellos años se estaba llevando a cabo la guerra de conquista de Portugal, empresa en la que el Gran Duque de Toscana Francisco I apoyó al rey español con ayuda económica y militar. Por ello Felipe II, conociendo la pasión de su aliado por las ciencias naturales y las curiosidades provenientes de tierras lejanas, entregó a Francisco el manuscrito de Sahagún. El códice se llama “florentino” ya que aún se conserva en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia.

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