10:00 hrs. – Se llama ius scholae y funcionaría así: «El menor extranjero nacido en Italia o que haya llegado antes de cumplir la edad de 12 años que haya residido legalmente sin interrupción en Italia» y que «haya asistido regularmente, en territorio nacional, al menos durante cinco años, a uno o más ciclos escolares» o cursos de capacitación y formación profesional «adquiere la ciudadanía italiana».
Así lo prevé el texto unificado de la reforma de la ciudadanía presentado a la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados por el presidente del organismo y ponente Giuseppe Brescia (M5s). Se retira así de la mesa el tema del “ius soli”, que hasta ahora ha dividido al Parlamento.
La elección de los padres y la del interesado (a partir de los 18 años)
La ciudadanía, establece el texto, «se adquiere tras una declaración de voluntad a tal efecto de parte de ambos padres que residen legalmente en Italia, por ambos padres que residen legalmente en Italia» ante el funcionario de estado civil del municipio de residencia del menor, que debe inscribirse en el registro de estado civil. «Dentro de los dos años siguientes a la mayoría de edad, el interesado puede renunciar a la ciudadanía italiana si está en posesión de otra ciudadanía».
Si los padres del menor, a pesar de tener los requisitos para solicitar la ciudadanía italiana para el niño, no la hubiesen solicitado, «el interesado adquiere la ciudadanía si la solicita al registrador dentro de los dos años posteriores a haber alcanzado la mayoría de edad».
Primer paso
La propuesta recibió el aprecio del M5s y del Partido democrático, así como un primer rechazo de parte de la Lega. A la Comisión ya habían sido presentados tres proyectos de ley, de Matteo Orfini (Partido democrático), Renata Polverini (Forza Italia) y Laura Boldrini, centrados en el llamado ius soli templado. Brescia presentó el texto unificado sobre el cual la Comisión deberá iniciar la comparación con las enmiendas. Así que se trata solo de un primer paso.
La reforma parte de la inconsistencia, subrayada por Brescia en la Comisión, de las normas actuales del “ius sanguinis”, según las cuales cualquier persona con ascendencia italiana puede obtener la ciudadanía italiana, aunque haya nacido y residido en el extranjero y no hable italiano.
El texto de Brescia, en cambio, establece que un menor extranjero nacido en Italia que haya residido legalmente en Italia y haya asistido regularmente a uno o más ciclos escolares durante al menos 5 años puede adquirir la ciudadanía italiana previa solicitud. Este camino también está abierto a menores no nacidos en Italia siempre que tengan menos de 12 años de edad.
Las posturas de los partidos
«Es una elección basada en la confianza» —dijo Brescia— «no solo en los extranjeros que quieren integrar a sus hijos, sino en el trabajo de la comunidad educativa, en la dedicación de los líderes escolares y docentes que construyen nuestra República en las aulas y enseñan los valores de nuestra Constitución».
Este concepto también fue subrayado por la jefa del grupo M5s en la Comisión, Vittoria Baldino. El responsable del área de ciudadanía del Partido Democrático, el exviceministro del Interior Matteo Mauri, expresó «aprecio» por la propuesta de Brescia: «Haremos todo lo posible para que se apruebe y para que sea la más avanzada posible», agregó.
Desde el centroderecha llegó, sin embargo, la clara oposición del miembro de la Lega Igor Iezzi, quien habló de «ius soli disfrazado», mientras que por el momento Fratelli d'Italia y Forza Italia no han definido su postura. Una reunión de la Comisión la próxima semana brindará la oportunidad de aclarar todas las posiciones.