La colomba: origen y leyendas del postre italiano de la Pascua

La colomba: origen y leyendas del postre italiano de la Pascua

13:34 hrs. – En toda Italia, la colomba es uno de los postres más tradicionales de la Pascua. No hay comida de Domingo de Resurrección que no termine con una rebanada de esta preparación. Hay quien la prefiere solo con glaseado, piel de naranja confitada y almendras, pero las variaciones son numerosas: desde el chocolate hasta la crema chantilly, pasando por las pasas y se puede encontrar de todo en los mercados. Los orígenes de la tradición se remontan a las primeras décadas del siglo XX.

Alrededor de los años treinta Dino Villani, director de publicidad de la empresa milanesa Motta, ya famosa por su panettone navideño, tuvo la idea de utilizar la misma maquinaria y la misma masa para crear un postre similar, pero destinado a las celebraciones de Semana Santa. La innovación fue la forma—la de una paloma, que siempre ha sido un símbolo de paz— y la superficie cubierta con glaseado de amaretto y almendras.

Se envió una muestra a escritores y periodistas famosos de la época con una carta personal de Angelo Motta —el fundador de la empresa— solicitando su opinión y, ya desde esta primera campaña de sensibilización, la colomba gustó e inmediatamente tuvo un éxito considerable.

Desde entonces, el pastel de Pascua se ha difundido en Italia y en el extranjero y la masa original, a base de harina, mantequilla, huevos, azúcar y cáscara de naranja confitada, ha tomado diferentes formas.

Una de las versiones es la veneciana, que implica la adición de miel, sal, vainilla, manteca de cacao, avellanas, fécula de maíz y fruta confitada. Hay quienes aseguran que esta variante ya existía en Verona a finales del siglo XIX. Otra cosa son las palomas de Pascua sicilianas, también conocidas como “palummedda”: pasteles de hojaldre que en su versión más antigua y tradicional tienen forma de paloma, en cuyo centro suele haber un huevo duro.

Las leyendas

Como siempre, también para la colomba hay leyendas que quieren ubicar los orígenes de este pastel de Pascua en la antigüedad.

Se dice que, en el año 572, cuando Alboino entró en Pavía tras tres años de arduo asedio, durante los que amenazó reiteradamente con destruir la ciudad tras haberla conquistado, su legendario caballo cayó al suelo, justo a la altura de la actual vía Alboino. donde una vez existió Porta San Giovanni.

Un panadero, para apaciguar la furia del Rey, se le acercó y le ofreció un pastel humeante, fragante, recién horneado, diciendo: «Señor, mañana es la Santa Pascua y le regalo este pastel que tiene la forma de una paloma que es el símbolo de paz, por favor salve y respete la ciudad». El caballo, como por milagro, se levantó completamente reanimado y el Rey siguió su camino.

Otra tradición cuenta que esta preparación está vinculada a la reina Teodolinda y al santo abad irlandés San Colombano. Este último, a su llegada a Pavía hacia el año 612, fue recibido por los reyes lombardos e invitado con sus monjes a un suntuoso almuerzo.

Le sirvieron numerosos platillos con muchos animales rostizados, pero Colombano y sus acompañantes, aunque no era viernes, rechazaron aquellas carnes servidas en un período de penitencia como el de Cuaresma. Teodolinda se ofendió, pero el abad superó la desafortunada situación con diplomacia al afirmar que comerían la carne solo después de haberla bendecido.

Colombano levantó la mano derecha para proceder y los platillos se transformaron en blancas palomas de pan, inmaculadas como sus túnicas monásticas.

El prodigio dejó impresionada a la soberana que comprendió así la santidad del abad y decidió donar el territorio de Bobbio, donde se construyó la Abadía de San Colombano. La paloma blanca es también el símbolo iconográfico del Santo y está siempre representada sobre su hombro.

Abadía de San Colombano en Bobbio

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