06:53 hrs. – Twitter aprobó contramedidas para defenderse de la adquisición de Elon Musk. El consejo de administración ratificó las llamadas “poison pills”, es decir, opciones reservadas a los accionistas existentes para comprar una determinada cantidad de acciones a un precio favorable y evitar así evitar la OPA hostil.
Las “píldoras venenosas” son herramientas financieras que las empresas han estado usando durante décadas contra los pretendientes no deseados. Los ingredientes de cada "veneno" varían, pero todos están diseñados para dar a los consejos empresariales la capacidad de aumentar significativamente el número de acciones en circulación, encareciendo así la transacción de compra. La firma creada por Jack Dorsey en 2006 y hoy dirigida por Parag Agrawal no ha revelado los detalles, pero dijo que brindaría más información en un próximo informe a la Securities and Exchange Commission, retrasado por la compañía aprovechando las vacaciones de Semana Santa de los mercados.
El visto bueno unánime llegó mientras la junta directiva está ocupada evaluando la oferta de 43 mil millones del multimillonario. Un análisis que tiene lugar entre las “amenazas” veladas de Musk. De hecho, el hombre más rico del mundo recordó a los miembros sus deberes fiduciarios hacia los accionistas y los riesgos en los que podrían incurrir si los violan.
Si bien las dudas sobre la capacidad de Musk para financiar la operación no han disminuido, la frustración aumenta entre los empleados de Twitter, preocupados por el enfoque del presidente de Tesla. El temor es que pueda ser una distracción y desestabilizar los esfuerzos en curso en la batalla diaria contra el contenido tóxico que circula en la plataforma. Por no hablar del temor de que pueda revolucionar la cultura interna, anulando el entorno de trabajo flexible en el que se desempeñan los empleados. Una hipótesis posible, dadas las formas bruscas y las continuas provocaciones de Musk, representante de un modelo “tradicional” de hombre que choca con la cultura liberal de Silicon Valley. El CEO Parag Agrawal trató de tranquilizar a los empleados al afirmar que una sola persona no puede cambiar la cultura de una empresa: es la empresa la que establece su estrategia, dijo explicando que Twitter no es “rehén” de la oferta.
Y si los empleados de Twitter tiemblan, los republicanos ven a Musk como el «liberador de la censura» liberal. Su posible ascenso es visto como un respaldo a las plataformas sociales, acusadas desde hace tiempo de asfixiar y censurar a quienes no piensan como Silicon Valley. Defensor de la libertad de expresión sin medias tintas, Musk es considerado como el salvador que incluso podría traer de vuelta a Donald Trump a Twitter. «Las suspensiones son realmente prohibiciones permanentes», dijo Musk en las últimas horas, alimentando así las esperanzas de una readmisión del expresidente en Twitter, expulsado tras el asalto al Congreso el 6 de enero de 2021.
El ascenso del fundador de Tesla, sin embargo, preocupa a expertos y observadores. Si Musk lo lograra y se hiciera cargo de Twitter, se convertiría en el propietario de la segunda plataforma política más influyente después de Facebook. Y esto concentraría una extraordinaria influencia en manos de dos personas: Musk y Mark Zuckerberg, dejando así a dos de los hombres más ricos del mundo la oportunidad de influir en la opinión pública.