04:04 hrs. – Inició el pasado 21 de abril el viaje a México del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano. El purpurado visita el país por segunda vez en 10 meses, en esta ocasión para celebrar los 30 años de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y México.

Su agenda prevé un amplio programa de reuniones institucionales y otros encuentros. El 23 de abril, en Guadalajara, presidió la consagración episcopal de monseñor Javier Herrera Corona, quien el 5 de febrero pasado fue nombrado Nuncio en Congo y Gabón por el Papa Francisco. Herrera Corona anteriormente fue Jefe de la Misión de Estudio de la Santa Sede en Hong Kong, que desempeña un rol similar al de una nunciatura.

El 24 de abril, el cardenal celebra una misa en la catedral de la Ciudad de México, mientras que el día 25 se reunirá con varios grupos de la sociedad civil por la mañana y por la tarde presidirá, en la basílica de Guadalupe, la misa de apertura de la asamblea general del episcopado mexicano.

El 26 de abril, Parolin se reunirá con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En la tarde del 26 de abril, para la celebración de los 30 años de relaciones diplomáticas, el cardenal ofrecerá una conferencia en el simposio sobre secularismo abierto y libertad religiosa, organizado por la nunciatura. En el congreso participarán representantes de la sociedad civil, académicos, rectores de universidades públicas y privadas, empresarios, diplomáticos y representantes del episcopado. Resalta la reunión programada con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, quien participará en el evento.

En junio de 2021, durante su visita a México, el cardenal Parolin lanzó un mensaje sobre la laicidad del Estado, en el que señaló que «para la Santa Sede ha llegado el momento de renovar el pacto de colaboración mutua, caracterizado por un profundo respeto por la distinción legítima entre Estado e Iglesia, un pacto basado en el principio de secularismo».

Parolin aclaró que el principio no debería haberse entendido como una oposición entre las esferas religiosas y seculares, sino como una autonomía necesaria en el compromiso de actuar a favor del bien de todos».