Descubran la Vía Francígena, ruta de peregrinación hacia Roma y Jerusalén

Il turismo lento della Via Francigena

03:17 hrs. - El “turismo lento” es una forma de viajar cada vez más popular, que surge como respuesta al frenesí que caracteriza la vida cotidiana y que no permite relajarnos y tomarnos el tiempo de admirar las bellezas que nos rodean. Es una filosofía que se centra en los detalles y acompaña al viajero a descubrir lugares poco conocidos, culturas diferentes y productos locales, respetando al máximo el medio ambiente, avanzando con calma y lentitud para captar cada extraordinario detalle.

Un excelente ejemplo de esta forma de recorrer el territorio italiano es la Vía Francígena. Originalmente un camino de peregrinación hacia Roma y Tierra Santa en un contexto de búsqueda interior, este itinerario sigue representando hoy una oportunidad para redescubrir el contacto con uno mismo.

Junto a los territorios que fueron testigos de los acontecimientos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento —en las cercanías del río Jordán— y a Santiago de Compostela —en el noroeste de España, presunto lugar de sepultura del apóstol Santiago—, la peregrinación a Roma, para visitar las tumbas de Pedro y Pablo, fue una de las tres peregrinationes maiores de la Edad Media. Es por esto que Italia era constantemente recorrida por viajeros provenientes de toda Europa. Muchos se quedaban en Roma, mientras que otros proseguían por la península hasta el puerto de Brindisi y de allí se embarcaban para Jerusalén.

Gracias a los diarios de viaje, y en particular a las notas de un ilustre peregrino, Sigeric, fue posible reconstruir la antigua ruta de la Francígena. En 990, después de ser ordenado arzobispo de Canterbury por el Papa Juan XV, el abad regresó a casa, anotando en dos páginas manuscritas las 80 mansiones donde pasó la noche. La crónica de Sigeric todavía se considera la fuente más autorizada, tanto que a menudo se habla de «Vía Francígena según el itinerario de Sigeric», para definir la versión más “filológica” de la ruta.

El camino serpentea a lo largo de más de tres mil kilómetros entre Canterbury y Roma y luego continúa hacia el extremo talón de Italia —Santa Maria di Leuca—, atravesando Kent, en el Reino Unido, las regiones Haute-de-France, Grand Est y Bourgogne-Franche-Comté en Francia, los cantones de Vaud y Valais en Suiza y el Valle de Aosta, Piamonte, Lombardía, Emilia-Romaña, Liguria, Toscana, Lacio, Campania, Basilicata y Apulia en Italia. En 1994 la ruta fue declarada Itinerario Cultural del Consejo de Europa, una certificación que se otorga a los caminos físicos y sitios que promueven las tradiciones, la historia y la memoria del Viejo Continente.

Un camino en la Emilia Romaña

El tramo italiano hasta Roma Roma se extiende desde el paso del Gran San Bernardo, en el Valle de Aosta con una longitud total de unos 945 kilómetros que atraviesa nueve Regiones. Se puede recorrer a pie con una media de 20 kilómetros diarios y alrededor de un mes y medio de duración, o en bicicleta —con una híbrida o una mtb— pedaleando aproximadamente 60 kilómetros diarios que permitan completarlo en un par de semanas.

En ambos casos, el itinerario es apto para todos.

Una de las etapas de la Toscana, desde Gambassi Terme hasta San Gimignano

Constantemente salpicada de señales que indican la dirección, la ruta serpentea entre poblados y naturaleza a través de senderos de montaña, caminos de herradura, vías rurales, tramos arbolados y adoquines milenarios. Se atraviesan así los pastizales del Valle de Aosta, el Valle del Po, las orillas del Po, los bosques de los Apeninos, la campiña toscana y los lagos del Lacio, pasando por arrozales, trigales y viñedos, envueltos en la naturaleza y acompañados por el silencio y la paz.

A lo largo del itinerario hay instalaciones para pasar la noche, restaurantes y servicios para quienes transitan. Se puede acceder a ellos con la Credencial, un documento emitido por la Asociación Europea de las Vías Francígenas para ser sellado durante las etapas y que permite obtener descuentos. Recorriendo los últimos 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta, es posible obtener el Testimonium, un acta que certifica la realización de la peregrinación. Están disponibles apps y guías oficiales (https://www.viefrancigene.org/it/guida-app/), con descripciones detalladas de las principales etapas italianas y sus variantes, incluyendo la información técnica: longitud, desnivel, alojamiento, puntos de abastecimiento, instalaciones de repostaje y transporte público para alcanzar o salir de los lugares de inicio y llegada.

Están disponibles apps y guías oficiales, con descripciones detalladas de las principales etapas italianas y sus variantes, incluyendo la información técnica: longitud, desnivel, alojamiento, puntos de abastecimiento, instalaciones de repostaje y transporte público para alcanzar o salir de los lugares de inicio y llegada.

Para más información sobre la Via Francigena, es posible consultar el sitio web específico de ENIT - Agencia Nacional de Turismo www.italia.it.

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