EU-Canadá-México: grandes maniobras para integrarse. De Antonella Mori*

EU-Canadá-México: grandes maniobras para integrarse. De Antonella Mori*

16:54 hrs. - Las perspectivas para la integración de América del Norte parecen mucho mejores que hace unos años, cuando el entonces presidente Trump argumentó que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994 era el peor acuerdo comercial que habían firmado los Estados Unidos. El TLCAN fue luego reemplazado por el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que entró en vigor el 1º de julio de 2020. El cambio de actitud se hizo evidente durante la 10ª Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada en México el 10 de enero de 2023.

La cumbre de los países de América del Norte

El presidente estadounidense, Joe Biden, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro Justin Trudeau, reafirmaron su determinación de fortalecer la seguridad, la prosperidad, la sostenibilidad y la inclusión de la región. La cumbre fue una oportunidad para definir la agenda estratégica para el futuro mientras, comprensiblemente, los líderes no discutieron las disputas comerciales relacionadas con el sector energético o las reglas de origen en el sector del transporte. La declaración final de la cumbre incluye varios compromisos conjuntos importantes:

  • Explorar estándares para desarrollar hidrógeno como fuente regional de energía limpia y acelerar la transición energética con soluciones de energía limpia al aumentar la producción y el uso de vehículos de cero emisiones.
  • Construir cadenas de suministro regionales más sólidas, con inversiones específicas, en industrias futuras clave, como semiconductores y baterías para vehículos eléctricos.
  • Mapear las reservas existentes y potenciales de recursos minerales críticos en la región, que son un componente esencial para acelerar la transición hacia la utilización de energía limpia.

El T-MEC, que revisó y modernizó el TLCAN, introdujo cambios importantes en el sector del transporte motorizado, que ya han contribuido a la redefinición de las cadenas de suministro en la región. De hecho, aumentó el valor de contenido regional requerido para poder vender con arancel cero dentro de América del Norte al 75% (bajo el TLCAN era del 62.5%).

Además, se introdujeron dos nuevas reglas: la primera, en materia de trabajo, que establece que el 40-45% del contenido de un auto debe ser realizado por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora; la segunda sobre el contenido de acero y aluminio que establece que al menos el 70% de lo necesario para la producción de un vehículo automotor debe tener su origen en América del Norte.

Las prioridades para la transición tecnológica y verde

Las recientes medidas de la administración Biden para aumentar la producción y el uso de vehículos eléctricos conducirán a un mayor cambio en la cadena de suministro de vehículos motorizados. En particular, es importante la decisión de favorecer el uso de vehículos eléctricos con créditos fiscales de hasta 7,500 dólares (en el contexto de la Ley de Reducción de la Inflación —Inflation Reduction Act— de agosto de 2022) para vehículos eléctricos y baterías ensamblados en América del Norte. Según los informes, se han anunciado inversiones de al menos 34 mil millones de dólares desde que se firmó la Ley de Reducción de la Inflación para desarrollar la cadena de suministro de vehículos eléctricos del continente (Financial Times del 3 de febrero de 2023). Uno de los últimos anuncios importantes a principios de febrero fue que la compañía automotriz alemana BMW invertirá 800 millones de euros para impulsar la producción de vehículos eléctricos en México, incluyendo 500 millones de euros para la construcción de un centro de ensamblaje de baterías de iones de litio.

Otro punto central en la agenda de Biden es volver al liderazgo en la investigación, desarrollo y producción de semiconductores y reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente de China, con el Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors (CHIPS Act) de agosto de 2022. La invasión rusa de Ucrania ha puesto los temas de seguridad en la cima de la agenda de la administración estadounidense, un hecho que influye fuertemente en la actitud hacia China. La que durante la administración de Trump fue principalmente una guerra comercial contra Beijing con el objetivo de reducir el déficit de la cuenta corriente estadounidense se ha convertido con Biden en una estrategia para frenar el desarrollo tecnológico chino en campos cruciales para el sector militar.

Trump también había obstaculizado la actividad de Huawei por motivos de seguridad nacional, pero las decisiones de Biden son mucho más amplias. El pasado mes de octubre, Estados Unidos anunció un nuevo paquete de restricciones a la venta de tecnologías de semiconductores a China. El objetivo de Washington es evitar que Beijing acceda a capacidades, maquinaria y diversos componentes para la producción de microchips y evitar que las fuerzas armadas chinas adquieran tecnologías que puedan ser utilizadas con fines militares. Esta nueva política de la administración de Biden está conduciendo a una aceleración de la reconfiguración de las cadenas de valor globales para productos estratégicos.

Diversificación, reshoring y near-shoring

Durante varios años, muchas empresas multinacionales estadounidenses habían comenzado a reemplazar el abastecimiento único de componentes críticos con cadenas de suministro múltiples y geográficamente diversas, con el objetivo de evitar que las interrupciones en un solo país causaran el cierre de toda la cadena de suministro. Luego, la pandemia de Covid-19 ayudó a cambiar el enfoque de la eficiencia de la cadena de suministro a la resiliencia de la cadena de suministro. El resultado ya había sido un desacoplamiento progresivo de la cadena de suministro entre China y Estados Unidos, con reshoring en Estados Unidos y reubicaciones en terceros países vecinos (near-shoring), especialmente en México. Después de la invasión rusa de Ucrania, es cada vez más probable que las industrias con gran importancia estratégica, como los microprocesadores, trasladen la producción fuera de China. La razón es que las empresas de estos sectores se enfrentarán a presiones políticas para mantener sus productos y conocimientos técnicos relacionados lejos de China. Pueden responder con reshoring, es decir, reubicando sus actividades en Estados Unidos, o con friend-shoring, mudándose a países que ofrecen un contexto adecuado para sus actividades y que son aliados de Estados Unidos.

En el campo de los microprocesadores, por el momento, Costa Rica se perfila como el vencedor latinoamericano en la “guerra de los chips” entre Estados Unidos y China. Intel, que tiene presencia en Costa Rica desde hace 25 años, ha invertido cerca de mil millones de dólares en este país en los últimos años y las plantas de ensamblaje y prueba comenzaron a operar en septiembre de 2021. Tras estas últimas inversiones, Intel Costa Rica incluye instalaciones de I+D, instalaciones de ensamblaje y prueba de chips, así como un centro de servicio global. A fines de 2022, una parte importante de los productos de unidades de servidores que ofrece Intel a los mercados globales estaba siendo probada en Costa Rica. En diciembre pasado, el presidente de este país centroamericano, que tiene tratados de libre comercio bilaterales con Estados Unidos, Canada y México, solicitó unirse al T-MEC. Para Costa Rica sería una evolución importante y la posibilidad de acumulación en las reglas de origen consolidaría su rol como líder regional en el sector de chips, frenando probablemente el desarrollo de esta producción en México. Todavía no ha habido reacciones oficiales a esta propuesta, pero un obstáculo podría estar vinculado a las buenas relaciones entre el país centroamericano y China: Costa Rica tiene un tratado de libre comercio con China desde 2011 y desde 2018 forma parte de la Belt and Road Initiative (BRI).

Las tensiones entre Estados Unidos y China y las nuevas medidas estadounidenses (Inflation Reduction Act, CHIPS Act) deberían llevar a un número creciente de multinacionales a diversificar plantas productivas, acortar cadenas de suministro y centrarse más en países amigos. Para México, que se encuentra geográfica y políticamente en una posición privilegiada, esta es una oportunidad excepcional.

___________________

*Artículo de Antonella Mori —profesora de Macroeconomía y Escenarios Económicos en la Universidad Bocconi y de Macroeconomía en el Máster en Diplomacia del Instituto de Estudios Políticos Internacionales (ISPI) de Milán— publicado en el sitio web del ISPI el 13 de febrero de 2023.

Condividi questo articolo / Comparte este artículo