El vino nació hace 11 mil años

El vino nació hace 11 mil años

10:50 hrs. - El origen de la uva y del vino, un misterio hasta ahora sin resolver, se remontan a hace 11 mil años, gracias a dos domesticaciones separadas geográficamente por más de 1,000 kilómetros, pero de resultado similar, que tuvieron lugar en Asia Occidental y en el región del Cáucaso.

Lo anterior fue reconstruido mediante el análisis genético más extenso jamás realizado, que examinó más de 3,000 muestras de variedades de vid también provenientes de colecciones privadas y especímenes nunca documentados.

El estudio fue publicado en la revista Science por un grupo internacional dirigido por el profesor Yang Dong de la Universidad Agrícola China de Yunnan, con la colaboración italiana de la prof. Gabriella De Lorenzis (departamento de Ciencias Agrícolas y Ambientales de la Universidad de Milán), del prof. Fabrizio Grassi (departamento de Biotecnología y Biociencias de la Universidad de Milano-Bicocca), del prof. Francesco Mercati (Instituto de Biociencias y Biorecursos del Consejo Nacional de Investigaciones) y del prof. Francesco Sunseri (departamento de Agricultura de la Universidad Mediterránea de Reggio Calabria).

Si bien la uva y el vino tienen un papel destacado desde el punto de vista cultural, hasta ahora había sido difícil confirmar el momento y el lugar exactos de su origen, principalmente debido a que los análisis genéticos habían involucrado solo unas pocas variedades. Las principales hipótesis sostenían que el cultivo de la uva de vinificación (Vitis vinifera) había nacido de una única domesticación de la variedad silvestre (Vitis sylvestris), en Asia occidental antes del advenimiento de la agricultura y que las variedades de uva de mesa habían empezado mucho más tarde.

El nuevo estudio refuta este escenario: en realidad hubo dos eventos de domesticación de la vid silvestre, uno en Asia occidental y el otro en la región del Cáucaso, en la frontera entre Asia y Europa.

Además, los dos eventos ocurrieron simultáneamente, hace aproximadamente 11 mil años, coincidiendo por tanto con el advenimiento de la agricultura y 4 mil años más tarde de lo que se pensaba. Los datos genéticos también sugieren que tanto la uva de vino como la de mesa se cultivaron inmediatamente y que las dos domesticaciones se realizaron de manera muy similar, seleccionando las mismas características.

Para arrojar luz sobre este misterio, los investigadores reconstruyeron en detalle el ADN del progenitor de la vid silvestre, que sirvió como punto de referencia. Luego secuenciaron el ADN de 3,525 muestras recolectadas en todo el mundo. Muchos de los especímenes provenientes de Armenia nunca habían sido documentados antes. De esta forma, los autores del estudio también identificaron algunos genes, relacionados con el sabor, el color y la textura de la uva, que podrían ayudar a los enólogos a mejorar sus productos y hacer que las variedades actuales sean más resistentes al cambio climático (ANSA).

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