16:22 hrs. - Después de muchos años, es probable que Italia ya no sea el mayor productor de vino del mundo. Según el análisis de la cosecha en curso realizado por Coldiretti —la principal asociación que representa y apoya a la agricultura en el Bel Paese—, Francia parece haber logrado la primacía en esta ocasión.
El resultado se debe a una cosecha en declive a lo largo de la península italiana, debido al gran calor. La producción de la bota se estima en 43 millones de hectolitros, -14% respecto a la temporada pasada. En Francia, las previsiones se sitúan entre 44 y 47 millones de hectolitros, en línea con la media del periodo 2018-2022. España se mantiene en tercer lugar con aproximadamente 36 millones de hectolitros.
A pesar de la reducción, Italia sigue produciendo vino de alta calidad y puede contar con 635 variedades de uva, el doble de las presentes en la tierra natal de Molière. Aproximadamente el 70% de las botellas Made in Italy se destinan a las denominaciones DOCG, DOC e IGT y el 30% restante se compone de vinos de mesa.
El proceso de calificación del vino italiano se confirma con el éxito de las exportaciones, incluyendo las destinadas a Francia, que han aumentado 18.5% en valor en los últimos meses.
A pesar de los resultados cuantitativos de este año, el Bel Paese sigue siendo uno de los principales productores de vino del mundo, partiendo de un rico patrimonio de biodiversidad y una larga tradición.
Para la cosecha, sin embargo, mucho dependerá todavía de la evolución de las temperaturas, las precipitaciones y el impacto del cambio climático. Los cultivadores deben ser cada vez más cuidadosos en elegir el momento adecuado para la cosecha y el procesamiento en bodega, en una actividad que comenzó en agosto con las uvas para vino espumoso Pinot y Chardonnay. Las operaciones —subraya Coldiretti— continuarán en septiembre y octubre con la Glera para Prosecco y las grandes uvas tintas autóctonas Sangiovese, Montepulciano y Nebbiolo para concluir en noviembre con las uvas Aglianico y Nerello en 658 mil hectáreas cultivadas en todo el país.
La industria vitivinícola italiana ofrece oportunidades de trabajo a 1.3 millones de personas que se dedican a viñedos, bodegas, comercio y actividades afines.