17:38 hrs. - «Salvaguardar la identidad y singularidad de las Indicaciones Geográficas garantiza al consumidor productos auténticos, certificados y de calidad, permitiendo proteger un patrimonio intergeneracional decisivo para la economía de muchos territorios. La reciente reforma del Reglamento europeo, en este sentido, es un paso fundamental: para el sistema económico y productivo del sector agroalimentario y vitivinícola italiano con indicaciones DOP, IGP y ETG —que hoy vale más de 9 mil millones de euros— la consolidación de la red de indicaciones geográficas podría valer otros 3 mil millones en los próximos 10 años y generar un efecto significativo en las industrias relacionadas, incluyendo el turismo. El próximo Parlamento Europeo y la próxima Comisión Europea tendrán un papel central en este proceso de valorización y protección internacional: es necesario un plan de acción para apoyar la implementación de la reforma de la UE e Italia debe ser protagonista en este escenario».
Así lo afirmó Guglielmo Garagnani, quien intervino como vicepresidente del Consorcio Parmigiano Reggiano en el seminario internacional Indicaciones Geográficas: Tendencias y Desafíos Globales, celebrado los días 25 y 26 de abril en Guadalajara, México, y organizado por OriGin, red internacional de Indicaciones Geográficas con motivo del 30 aniversario del Consejo Regulador del Tequila y del 50 aniversario de la denominación de origen Tequila.
«Las Indicaciones Geográficas son un camino de excelencia: estos productos son historia, son cultura, son testimonio vivo de las tradiciones y conocimientos de nuestros territorios. El compromiso constante con su protección es esencial y el nuevo Reglamento Europeo 1143 recientemente aprobado introduce elementos importantes», explicó Garagnani, quien también es candidato de Fratelli d'Italia en las próximas elecciones europeas como expresión del mundo agrícola en la circunscripción noreste.
«La reforma europea» —añadió— «introduce elementos de mayor protección y valorización comercial para las cadenas de Indicaciones Geográficas ya consolidadas, pero también ofrece nuevas oportunidades de crecimiento para las recientes o aún pequeñas. Para Italia se trata de una gran oportunidad para desarrollar la dimensión económica del sistema productivo basado en las denominaciones de origen, tanto directamente, aumentando en los próximos 10 años hasta un 30% un volumen de negocios que hoy vale 9 mil millones de euros, como indirectamente gracias a la efecto impulsor que las indicaciones geográficas pueden tener en las cadenas relacionadas. Pensemos, por ejemplo, en el turismo enogastronómico y vivencial y el crecimiento que ha tenido en los últimos años, llevando recursos muy preciados a muchas zonas del país, o a cadenas de suministro como las del maíz, la cebada y el sorgo italianos, que son esenciales como alimentos para las Indicaciones Geográficas zootécnicas y que, en el futuro, podrían ser ellas mismas protegidas».
«La Unión Europea ha sido central en los últimos 30 años para dar sustancia a la política de indicaciones geográficas y apoyar las distintas cadenas de suministro» —continuó Garagnani— «pero este papel no ha terminado con la reforma que se acaba de aprobar: al contrario, la Comisión y el Parlamento Europeo desempeñarán un papel central en un futuro próximo. Es indispensable obtener el reconocimiento internacional de las denominaciones registradas, tema que también demostró su urgencia en Guadalajara, dada la posición contraria de importantes lobbys internacionales, principalmente estadounidenses, que tienen todo que ganar con una red de Indicaciones Geográficas laxas. Pero incluso si se mira a Europa únicamente, se necesita un plan de acción concreto para fundamentar la reforma y hacer que los ciudadanos y las empresas comprendan su valor y potencial. Éste será uno de los primeros desafíos de la nueva Europa e Italia, debido a su historia y al peso específico de sus Indicaciones Geográficas no podrá aceptar un papel en el que no sea protagonista».
Imagen: Puntodincontro
