Italia-México, 150 años de diplomacia y desafíos con el balón

Italia-Messico, 150 anni di diplomazia e di sfide con il pallone / Foto: ANSA

16:44 hrs. - Hay un elemento que une a los pueblos y los iguala, eliminando cualquier diferencia: es el futbol, el deporte más popular del mundo que, en una calurosa tarde romana en la embajada de México en Roma, permitió recordar los momentos más importantes de algunas Copas del Mundo, empezando por la que se llevó a cabo en las mesetas tan queridas por Moctezuma, allá por 1970.

Y así, en un traspaso ideal del testigo, dos años antes de la tercera cita mundialista en México, después de haber dejado atrás la edición 1986, se alternaron campeones del pasado antiguo y más reciente.

Cuauhtémoc Blanco, Miguel Layún, Giancarlo De Sisti y Fernando Quirarte. Pero también Lido Vieri y Enrique Borja, glorias del futbol en blanco y negro y a color, protagonistas de desafíos históricos que se renovaron en la espléndida sede de la embajada, también por videoconferencia.

La iniciativa nació de la pasión por el futbol del embajador Carlos García de Alba, hombre de diplomacia y deporte.

El encuentro fue la ocasión para repasar anécdotas y episodios que han hecho de este deporte un fenómeno mundial: el 4-1 que Italia le infligió a México, el anfitrión, en 1970 y luego el 4-3 en el partido del siglo entre Italia y Alemania Occidental en el estadio Azteca de la Ciudad de México.

El presidente de la Federación Italiana de Futbol, Gabriele Gravina, recordó la tarde del 31 de mayo de 1970 y «aquel México-URSS en el que se utilizó por primera vez la tarjeta amarilla» en un Mundial.

Un campeonato revolucionario en tierra de revoluciones que Picchio De Sisti disputó «de principio a fin, gracias al comisario técnico Valcareggi». «En aquella selección» —recuerda el ex centrocampista de la Fiorentina y de la Roma —«desempeñé un papel de topógrafo». Italia-Alemania 4-3 fue «el momento mágico de mi carrera. Nos pusimos en ventaja bastante pronto y, teniendo en cuenta cómo se jugaba en aquella época, decidimos apostar al contragolpe. Pero no habíamos hecho cuentas con Schnellinger. A partir de su gol comenzó otro partido que nada tuvo que ver con la táctica. Intentamos ganar distorsionando la forma de jugar. Un momento después estábamos en la final y al cabo de unos instantes en el avión de vuelta a casa».

El tercer portero de los azzurri, con la camiseta número 17, fue Lido Vieri («nadie la quería por superstición, así que yo la tomé»). Valcareggi le explicó que no tenía ninguna posibilidad de jugar, porque estaban ahí Albertosi y Zoff, y le asignó la tarea de «mantener a raya a las chicas» que llegaban al hotel de los italianos. Entre ellas, Vieri no se olvida de Graciela, que «iba a recogerlo en un Mustang rojo», que manejaba a pesar de no tener licencia «porque tenía 17 años», recordó “el guapo” de la selección italiana.

Entre los invitados también estuvo Fernardo Quirarte, autor de dos goles en el Mundial de México 1986: uno contra el equipo de Bélgica del legendario portero Jean-Marie Pfaff y otro contra Irak. «Dos goles muy importantes, porque cuatro meses antes había muerto mi padre, que quería verme jugar».

El de 2002 fue uno de los Mundiales de Cuauhtémoc Blanco, entre los nombres más importantes de la historia del futbol mexicano, que anotó goles en tres ediciones del campeonato. Recuerda que, antes de enfrentarse a los azzurri, al salir del vestuario para entrar a la cancha, uno de sus compañeros le señaló lo guapos que eran los jugadores de la selección italiana, que contaba entonces con Nesta, Maldini y Totti. «Sí, son guapos, pero tienen dos ojos, dos piernas y dos brazos como nosotros. Les ganaremos», respondió Blanco.

El embajador de México en Italia, Carlos García de Alba, recordó que «su majestad el fútbol» no podía faltar en las iniciativas con motivo del 150 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Las relaciones empezaron «en 1874, 15 años antes de que llegara el futbol a Italia y 28 años antes de que llegara a México. El futbol no podía faltar. ¿Qué une a dos pueblos más que el deporte? ¿Qué hay más universal que el lenguaje del futbol? Puede que tengamos más o menos tiempo para todo, pero siempre sabremos dónde vimos una final de un Mundial», subrayó el diplomático (ANSA).

Foto: ANSA

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