
17:27 hrs. - Sobre el tema de la reubicación a México del 30-40% de la planta de Dana en Rovereto, Italia, para el segundo trimestre del próximo año, las promesas de la dirección de encontrar instalaciones alternativas siguen sin cumplirse, mientras continúa la cuenta regresiva.
La empresa es una de las filiales italianas de la multinacional estadounidense Dana Corporation, un importante sitio productivo de la región de Trentino-Alto Adigio, especializado en el diseño, la producción y la comercialización de ejes, cajas de cambios y sistemas de tracción para maquinaria industrial, de carretera y todoterreno.
Mientras tanto, los trabajadores de las plantas de Arco y Rovereto llevan dos semanas en huelga intermitente, con una hora o más de abstención diaria del trabajo y protestas casi cotidianas en las puertas.
El nivel de participación de los trabajadores es muy alto y la producción se ha paralizado en varios departamentos, según informa la agencia italiana ANSA.
La movilización —recuerdan los sindicatos Fiom Cgil, Fim Cisl y Cub Trento— forma parte del malestar laboral que comenzó en noviembre pasado, después de que la empresa presentara una contrapropuesta, considerada unánimemente por los trabajadores sin fundamento y provocativa.
La respuesta llegó tras meses de espera y reuniones infructuosas, después de la presentación, a principios de 2024, de la plataforma sindical para la renovación del contrato complementario, que vencía a finales de 2023. Hoy, en julio de 2025, todo sigue paralizado.
Mientras tanto, no se han recibido garantías sobre el empleo futuro, especialmente en la planta de Rovereto, y han surgido nuevos problemas críticos: desde la falta de reconocimiento de los niveles de clasificación correctos hasta la aplicación arbitraria, según los sindicatos, del convenio colectivo, que regula la estabilización de los trabajadores precarios.
Las asociaciones sindicales exigen un cambio de rumbo claro: el fin de la explotación de los trabajadores precarios, reubicando las actividades que actualmente se realizan mediante la subcontratación y la reducción del uso de contratos temporales.
Esto va acompañado de la demanda de un aumento salarial significativo, capaz de restaurar el poder adquisitivo erosionado por la inflación y redistribuir la riqueza producida.
El centro de la protesta es la presunta violación del convenio de la zona de influencia, que prioriza a los trabajadores precarios con al menos doce meses de servicio y su contratación directa en un plazo de tres años.
Dana ha rescindido varias relaciones laborales en los últimos meses, incluso con personas cercanas a la contratación indefinida.
«Esta actitud ha creado un clima tenso, en el que se están restringiendo los derechos y libertades fundamentales, con repercusiones también en la salud y la seguridad en el trabajo», según un comunicado publicado hace unos días.
Foto: ANSA