02:29 hrs. - «Con lo que estoy haciendo trato de redimirme ante los ojos de la sociedad y de mi familia». Mariela se encuentra detenida en un penal de mujeres en la Ciudad de México y es una de las 500 personas privadas de la libertad que han sido involucradas en el programa de reinserción “De Vuelta a la Comunidad”, nacido de la cooperación internacional entre el gobierno de la Ciudad de México, el Ministerio de Justicia italiano, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la empresa italiana de generación de energía a partir de fuentes renovables Enel Green Power.
Durante un evento paralelo incluido en la agenda de la 31ª Sesión de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal, que se lleva a cabo en Viena del 16 al 20 de mayo, ayer se ilustraron los avances del programa y se mostraron en un video los testimonios de algunas de las personas beneficiadas: mujeres y hombres que comentaron acerca de su período de detención y el impacto que el proyecto ha tenido en sus vidas.
Mariela, así como Amelia, Yazmin, Jorge y Michell, egresado del programa, quien actualmente dirige un pequeño negocio de alimentos y estudia en la universidad. Sus palabras revelan toda la esperanza y determinación de querer culminar un proceso de reinserción que realmente les permita presentarse ante la sociedad externa como personas nuevas.
«Es un programa que ofrece importantes oportunidades de trabajo y reinserción», dijo en su discurso Roberto Tartaglia, Jefe Adjunto del Departamento de Administración Penitenciaria del Ministerio italiano de Justicia. «En Italia» —añadió— «hemos firmado muchos memorandos de entendimiento para proyectos de utilidad pública que tienen como objetivo la formación y la reinserción laboral de los reclusos, tanto durante su condena como una vez que salen de prisión».
«Como Ministerio de Justicia» —subrayó— «queremos reforzar la cooperación internacional con los participantes en el proyecto y fomentar oportunidades para combinar los fines públicos de las instituciones penitenciarias con las necesidades privadas del sistema empresarial».
Tartaglia también recordó la Convención de Palermo del año 2000 para la lucha contra el crimen organizado: «Nació del impulso dado por Giovanni Falcone [el juez italiano asesinado por la mafia el 23 de mayo de 1992, nota del redactor], de quien conmemoramos en estos días el trigésimo aniversario luctuoso. Obliga a los Estados miembros a rehabilitar a los presos condenados, quitando efectivamente mano de obra a las organizaciones criminales».
El representante en México de la Oficina de UNODC, Kristian Hölge, expresó satisfacción por el grado de avance de la iniciativa: «Es un excelente programa para la reinserción de personas privadas de libertad a través de la capacitación y el trabajo, pero también para prevenir la violencia y la reincidencia. Hay que reforzar esta colaboración para mejorar las condiciones de vida en las cárceles».
«El programa ha permitido que 500 internos tengan trabajo y apoyo económico hasta el momento y también hemos incluido a sus familias», dijo el Director Ejecutivo de Trabajo Penitenciario del gobierno de la Ciudad de México, Aarón Sánchez Castañeda. «Los hemos involucrado en proyectos de reforestación, cuidado y mantenimiento de parques ecológicos, en la producción de cubrebocas en el período de la pandemia y, más recientemente, en la limpieza de las áreas adyacentes al circuito de Gran Premio de Fórmula E, como también ocurrió en Italia».
«Esperamos que pronto podamos ir más allá del éxito de la experiencia mexicana e italiana», dijo la representante de Enel Green Power, Montserrat Palomar. «Como participantes en el proyecto, todos en Enel México nos sentimos involucrados, incluso como voluntarios. Y nos alegra pensar que las muchas personas que ahora están trabajando también lo están haciendo con los recursos y conocimientos que han recibido de nosotros» (Marco Belli, gNews).
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