18:11 hrs. - Son 326 mil las pensiones que el INPS paga en el exterior, el 2% del total, por un monto total de 1.3 mil millones de euros, mientras que a Italia llegan aproximadamente 3.5 mil millones de instituciones de seguridad social de otros países. Este es solo uno de los datos contenidos en el informe “El fenómeno migratorio y los efectos sobre las pensiones pagadas en el extranjero”, presentado esta mañana en el Palazzo Wedekind de Roma durante la conferencia “Italia, pensiones y movilidad: historias de ida y vuelta”, promovida por el INPS y la Fundación Migrantes.
Una contribución «valiosa», como enfatizó el presidente del Instituto Nacional de la Seguridad Social, Pasquale Tridico, quien abrió el acto subrayando que Italia recibe mucho más de lo que paga.
En los últimos años, las pensiones pagadas han disminuido cerca de un 10% por dos motivos, explicó Tridico: por el «estrechamiento de los requisitos de acceso», como ocurrió en Italia tras la entrada en vigor de la Ley Fornero, y por «el exceso de mortalidad» provocado por el Covid.
De 326 mil pensiones totales, 183 mil, es decir el 56.1%, se pagan en Europa; 22.8% en América del Norte; 10.7% en Australia, 8.1% en América del Sur; 1.2% en África, 0.6% en Asia y 0.5% en América Central.
Los jubilados en el exterior son en su mayoría mujeres, que perciben pensiones principalmente por vejez, con excepción de América Latina donde la pensión de sobrevivencia ocupa el primer lugar entre los beneficios que se brindan.
En total, el INPS paga 1,300 millones de euros en el exterior; el grueso se queda en Europa, no solo en los países de la antigua emigración (especialmente Alemania y Suiza), sino también en el Este (Polonia, Rumanía, Bulgaria, Ucrania y Moldavia), «y crecen los flujos hacia África y Asia», explicó el presidente del INPS, una señal de que cada vez más inmigrantes que han trabajado en Italia a medida que envejecen deciden regresar a casa. Ý el monto «irá aumentando en los próximos años». Hasta la fecha, en el extranjero, «la mayoría de las pensiones se pagan a ciudadanos italianos». Entre ellos también se encuentran los que eligen Portugal (3,500 personas) o España para la «jubilación turística».
En cuanto a las pensiones que Italia recauda de otros países, en primer lugar se sitúa Alemania, que por si sola paga 1,100 millones de euros (datos correspondientes a 2019), seguida de Suiza (aunque, como apuntaba Tony Ricciardi, «el segundo pilar no pasa a través del INPS» por lo que la Confederación sería el país que paga más pensiones), Francia y Canadá. El 50% de las pensiones pagadas por Alemania van a solo 4 regiones: Sicilia, Apulia, Campania y Calabria. Siguiendo el hilo de las pensiones, recorremos la historia migratoria de Italia.
Hoy, de hecho, el INPS registra una disminución de los beneficios en los países de la antigua emigración y un aumento en otros, como Ucrania, Moldavia, Polonia y Rumanía. Un panorama cambiante que, subrayó Tridico, debe pasar por la estipulación de nuevos convenios bilaterales con países extracomunitarios para dar «certidumbre» a los trabajadores, que solo pueden totalizar los períodos de aportaciones en presencia de un convenio. Medidas «útiles y necesarias» según el presidente del INPS, que también recordó que los inmigrantes aportan hoy 160 mil millones de euros a los fondos de la seguridad social, recibiendo prestaciones de pensión por 1,200 millones, además de prestaciones no pensionarias (desempleo, renta, ciudadanía o enfermedad, por ejemplo) por 2,300 millones de un total de 26.
«La única Italia que crece es la que emigra», dijo Delfina Licata, socióloga de la migración en la Fundación Migrantes. «Solíamos decir que Italia tenía el mismo número de inmigrantes residentes en el país y emigrantes italianos en el extranjero. Esta afirmación, según las estadísticas de hoy, ya no es cierta». Por lo tanto, crecen los italianos en el extranjero —5'652,080 al 1º de enero de 2021—, pero no la población de inmigrantes en Italia.
«Si los ciudadanos italianos que residen en otros países en los últimos dieciséis años han aumentado en un 82%, las mujeres en particular lo han hecho en un 89.4%. Un proceso que es, al mismo tiempo, feminización y familiarización», explicó Licata. «Las que se van, en efecto, son muchas mujeres que buscan la realización personal y profesional, pero también hay muchas familias con hijos, estén o no unidos por matrimonio», así como viudas, «que a veces vuelven por períodos más o menos largos antes de regresar al extranjero (generalmente al mismo país al que emigraron durante varios años, o a nuevos países donde residen hijos y nietos), abuelas —que se reunen con hijas, hijos y nietos— y mujeres jóvenes y adultas que salen de Italia altamente cualificadas o con títulos académicos medio-altos» (m.cipollone\aise).